Constantino Gómez González, hablante de la lengua Pame, llamó

a las y los integrantes del Congreso de la Unión a emprender acciones para que este idioma no se pierda, ya que está en riesgo porque son muy pocos los hablantes y “es preciso trabajar en ello”.

En su participación en tribuna, en el marco de la celebración de 2019 Año Internacional de las Lenguas Indígenas, indicó que si bien el 13 de marzo de 2003 se reconocieron a los dialectos como nacionales y válidas como el español, eso no basta, es fundamental emprender acciones de protección.

Lo más importante que tiene una comunidad son sus lenguas y “si en nuestras manos está hacer algo por ellas, los invito a que lo hagamos, trabajemos juntos”.

En la actualidad, expuso, los jóvenes no quieren hablar en su lengua, porque sienten vergüenza, temor de ser rechazados y no ser incluidos en su círculo social. “No sé si de ahí viene el término pamillo, que desde siempre se ha usado con un sentido peyorativo, con la intención de agredir y discriminar al indígena que habla su lengua”.

Gómez González precisó que una interpretación de la palabra pame, “da cuenta de que es la negación a no a ser discriminados, a no ser maltratados, a no a ser rechazados”.

Los pames viven en San Luis Potosí, distribuidos en cinco municipios de la región media: Ciudad del Maíz, Alaquines, Rayón, Tamasopo y Santa Catarina; unos pocos están en la localidad de Tansosob, municipio de Aquismón, con aproximadamente 250 habitantes.

También hay pames al noreste de Querétaro, principalmente en las localidades de Purísima de Arista, Arroyo Seco, Tancóyol y Valle Verde, del municipio de Jalpan de Serra.

“Como última reflexión quiero decir que dejar que mi lengua se pierda sería dejar de escuchar a mi pueblo, dejar de escuchar su voz, porque dejar de hablar pame es dejar de oír su sonido nasal, su tono y el mensaje ancestral de mi pueblo”, afirmó.