México, primer país en Latinoamérica con mayor número de bienes culturales
En 2010, México refrendó su posición como el país de América Latina con mayor número de bienes culturales reconocidos por la UNESCO, luego de lograr la inclusión de dos sitios a la Lista de Patrimonio Mundial, y tres tradiciones a la de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Se trata de “Las Cuevas Prehistóricas de Yagul y Mitla, en Oaxaca“, y la “Ruta Camino Real de Tierra Adentro“, así como “La cocina tradicional mexicana“, “Los parachicos” y “La pirekua“; por ello, nuestro país cuenta ya con 31 sitios declarados, y desde noviembre con cinco manifestaciones culturales nombradas patrimonio intangible.
Además, también se inscribió en el programa de Memoria del Mundo de México, a la Colección Álbumes de Fotografía Histórica, de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia (BNAH) del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), institución que ha participado activamente en las gestiones para la obtención de tan valiosas distinciones.
CAMINO DE LA PLATA
El Camino Real de Tierra Adentro y Las Cuevas Prehistóricas de Yagul y Mitla, en Oaxaca, fueron declarados por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) como Patrimonio Mundial en la reunión celebrada en Brasilia, Brasil, el 1 de agosto de 2010.
El primero, también conocido como Camino de la Plata, quedó inscrito en la categoría de Itinerario Cultural, convirtiéndose en el primer bien mexicano en este rubro.
Es el sendero más antiguo y largo de la América septentrional con 2,900 km, que partía de la antigua Ciudad de México y concluía en Santa Fe, Nuevo México, Estados Unidos. Fue trazado en el siglo XVI por conquistadores españoles para desarrollar el comercio, facilitar las campañas militares y apoyar la colonización y evangelización en la Nueva España.
El Camino Real de Tierra Adentro es uno de los puentes culturales más importantes entre ambas naciones; comprende sitios de Aguascalientes, Chihuahua, Durango, Zacatecas, Querétaro, Guanajuato, San Luís Potosí, Estado de México, Jalisco y Ciudad de México.
Por su parte, Las Cuevas Prehistóricas de Yagul y Mitla en los Valles Centrales de Oaxaca, quedaron inscritas en la categoría de Paisaje Cultural. Estos espacios albergan los testimonios más importantes del inicio de la civilización en América; en la llamada Cueva Guilá Naquitz o “Piedra blanca” se hallaron semillas de calabaza con 10 mil años de antigüedad, consideradas los restos más tempranos de plantas domesticadas conocidas hasta ahora en el continente.
Su trascendencia es sólo comparable con los primeros vestigios de domesticación de la cebada y el trigo en Medio Oriente, o lugares como Head Smashed, en Buffalo Jump Complex, al suroeste de Canadá, un cementerio de bisontes; y las Minas Neolíticas de Sílex de Spinnes à Mons, Bélgica.
COMIDA Y TRADICIONES
En lo referente al listado de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, el 16 de noviembre de 2010 en Nairobi, Kenia, la UNESCO declaró a “La pirekua“, canto tradicional de los p´urhépecha; “Los parachicos” en la fiesta de enero de Chiapa de Corzo y La cocina tradicional mexicana.
Con estas declaratorias, México suma ya cinco las inscripciones obtenidas en esta lista, luego de que en 2009 fueron inscritas La Ceremonia Ritual de los Voladores, de Papantla, Veracruz, y Las Capillas familiares y tradiciones vivas de los pueblos otomí-chichimecas de Tolimán, en Querétaro.
La pirekua es el canto tradicional purépecha interpretado por los pireris en la meseta tarasca, la zona lacustre y la Cañada de los Once Pueblos de Michoacán; es resultado del sincretismo de elementos prehispánicos y coloniales, sobre todo en la instrumentación y la enorme tradición polifónica que llevó Tata Vasco a territorio michoacano en el periodo novohispano.
La expresión musical transmitida de generación en generación, con base en partituras y formas musicales del son y el abajeño, se originó a mediados del siglo XIX. Actualmente, es un canto vivo que se interpreta en lengua tarasca y en español, en casas y eventos de la comunidad, como el Concurso Artístico de la Raza Purépecha que se realiza desde los años 70.
Por su parte, Los parachicos son la principal festividad de Chiapa de Corzo, Chiapas, que se desarrolla cada año del 4 al 23 de enero en la llamada Fiesta Grande, en la que se calcula la participación de aproximadamente seis mil danzantes, entre “parachicos” y “chuntas”, quienes salen a las calles de esta localidad chiapaneca para dar continuidad a una tradición de casi tres siglos.
Es la fiesta anual más grande que se hace en esa entidad, y en ella se conjuntan expresiones inseparables entre sí: música, danza y comparsas, artesanía, gastronomía, ceremonias religiosas y festejos que perviven desde la Colonia.
A su vez, La cocina tradicional mexicana destaca por su antigüedad, continuidad histórica, así como la originalidad de sus productos, técnicas y procedimientos. Y es que, la comida que hoy se sigue comiendo en México en lo esencial no difiere de la que se comía en el pasado remoto, debido a que la base constituida por el maíz, el frijol y el chile siguen teniendo total vigencia.
Otro factor que confiere carácter único a la cocina mexicana es que ésta nunca se ha disociado del contexto cultural en que florece, y continúa ligada al modo de ver el mundo y a las costumbres, así como a las ceremonias y ritos que acompañan al individuo y a la comunidad desde el nacimiento hasta la muerte.
RECONOCIMIENTOS
En junio, México también fue acreedor de la distinción del Programa Memoria del Mundo de México de la UNESCO, mediante la incorporación de la Colección Álbumes de Fotografía Histórica, que resguarda la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia del INAH.
El acervo fotográfico está conformado por tres mil 200 imágenes, organizadas en 72 álbumes, captadas entre 1869 y 1949, que dan cuenta del proceso de la formación de México como nación. Son placas captadas por los más destacados fotógrafos de la época, como Lorenzo Becerril, Désiré Charnay, Henry Jackson, Hugo Brehme y Alfred Briquet, entre otros.
Finalmente, otra de las distinciones hechas por la UNESCO a nuestro país, fue la apertura en Zacatecas del Instituto Regional de Patrimonio Mundial, el 9 de septiembre de 2010. La instancia está dedicada a la protección, conservación y salvaguardia del patrimonio cultural y natural, así como al impulso de la investigación científica y la difusión de los bienes de Centroamérica y el Caribe. Con ello, México comparte la distinción de tener una oficina de la UNESCO, con China, Brasil y el Reino de Bahrein.
Olga Zavala A.