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El uso de los derechos de autor en una época donde los libros digitales comienzan a tener un auge en México fue el tema central del “V Seminario Multidisciplinario: El Derecho de Autor en el Ámbito Editorial.”
“Aún hay dudas y errores en este aspecto; ya se dio un avance lento, pero pantanoso”, comentó Tomás

Granados Salinas, editor del Fondo de Cultura Económica (FCE), durante su participación en este seminario organizado y realizado por el Centro Nacional de las Artes (Cenart).
Aseguró que existe el temor por parte de autores y lectores debido al desconocimiento sobre lo qué es un libro electrónico, “no es lo mismo un PDF que un libro electrónico”, precisó Tomás Granados Salinas.
De acuerdo con el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) otro de los puntos que consideró Granados Salinas fue que el libro en papel seguirá existiendo, no obstante, uno de los retos de la industria editorial será dar más beneficios cuando se adquieran libros electrónicos.
“Otro aspecto para combatir la piratería es ofrecer productos de calidad, con precios accesibles y poder llevar a cabo rentas de las obras, lo cual hasta el momento no se ha podido conseguir”, abundó.
Sin embargo, consideró, habrá lectores que paguen por darse el gusto de leer en papel, ya que es una experiencia que sigue teniendo virtudes.
En su oportunidad, la periodista Mabel Martínez dijo que las ventajas del libro digital son las mismas que las de uno físico, excepto porque la obra impresa contiene un valor artístico, “la sociedad es muy conservadora y no quiere emigrar del papel a la era digital”.
Asimismo, señaló que otro de los grandes problemas a los que se enfrenta esta nueva industria es que existen autores importantes de los cuales aún no se cuentan con los derechos de autor para crear los materiales electrónicos.
En cuanto a los aspectos legales, el abogado Jorge Mier y Concha explicó que México está atrasado en materia de derechos de autor, pues muchas personas incurren en este delito sin darse cuenta que están haciendo algo fuera de la norma.
“Cuando uno adquiere un libro electrónico sólo se adquiere el derecho de usar ese archivo en un dispositivo determinado, la gente no conoce ese derecho, no hay una cultura por el respeto a los derechos, ni los conocemos”, señaló Mier y Concha.
Por su parte, Eduardo de la Parra, doctor en derecho por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ofreció la conferencia magistral “Derechos de Autor: ¿Una figura antigua para nuevas tecnologías?”.
En su intervención, el doctor recordó que cuando apareció el Internet surgieron voces que aseguraron que los derechos de autor están muertos y que su legislación era un instrumento antiguo que no sirve para atender a las nuevas tecnologías.
“Lo que es interesante es que cada vez que alguien pronostica su desaparición la historia nos ha demostrado todo lo contario, se fortalecen, se adaptan y van de la mano con los cambios tecnológicos”, destacó.
Eduardo de la Parra también expuso el caso de John Locke quien fuera una de las primeras voces a favor de la creación de leyes que protegieran a los autores, “él impulsó que se modificara la legislación de Inglaterra para que se consideraran los derechos de autor”.
El también maestro en propiedad intelectual y sociedad de la información por la Universidad de Alicante agregó que si no existieran los derechos de autor quizá sería más fácil y barato el acceso a la cultura, empero se provocaría un descenso en la calidad.
Añadió que este tipo de derechos incentivan la economía del país, generan empleos y promueven inversiones, además de que forman parte de los derechos humanos que desde 2011 están vigentes en México con la finalidad de proteger a los autores.
“En pocas palabras, los derechos humanos establecen un régimen de protección jurídico-autoral, hay derechos que últimamente se han puesto de moda, como el llamado derecho de acceso a la cultura que también promueve el derecho de autor”, concluyó Eduardo de la Parra.