cultura-verbena

Decenas de niñas y niños invadieron anoche la explanada de la Delegación Cuauhtémoc, donde en compañía de sus papás, entregaron como cada año, sus cartas a Melchor, Gaspar y Baltazar en los cerca de 40 stand fotográficos.

En una verbena nocturna, pequeños de 1 a 13 años se dieron cita en un lugar no muy común, para hacer toda clase de peticiones a estos personajes de Oriente, quienes a su vez, les prometieron que llevarán sus regalos el 6 de enero.

A menos de 24 horas de su llegada, estos personajes estuvieron acompañados de su caballo, camello y elefante, y en algunos casos, de forma graciosa y divertida, de otros animales como tigres, mamuts, osos polares, pingüinos y venados en sus respectivas stand, todo, para llamar la atención de los infantes.

Estos Reyes Magos que se presentaron un día ante el Niño Dios o Jesús de Nazaret y le ofrecieron oro, incienso y mirra, atraparon no sólo la mirada de niñas y niños, sino que además les sacaron una sonrisa de oreja a oreja, es el caso de la pequeña Alexa de 9 años, quien contenta, subió a uno de los stands para entregarle su carta y enseguida, tomarse la foto.

En cada uno de los estudios improvisados, los Reyes Magos asombraron a decenas de familias con sus atuendos luminosos y maquillaje, así como por sus espectaculares e ingeniosas escenografías, algunas muy tropicales, otras desérticas y otras más ambientadas con pinos cubiertos de nieve.

En forma de castillo o simplemente con una lona adornada con luces de colores en forma de lluvia, algunos stands buscaron llamar la atención de los infantes, colocando nacimientos de peluche con pingüinos, osos, muñecos de nieve, renos, entre otros personajes que no son de esta época.

También los grandes tuvieron su foto, no precisamente con los Reyes Magos, sino en otros pequeños “sets” decorados al estilo de la Revolución y otros más del Viejo Oeste.

Como cada año, la verbena popular se hizo presente con una feria acompañada de los juegos mecánicos, del tiro al blanco o al pato, las canicas, el futbolito y el pajarito de la suerte, entre otros juegos más.

Para el paladar, las clásicas papas fritas, brochetas de salchicha o camarón, las manzanas con chile piquín, fresas con crema o los duraznos, los plátanos fritos, los sopes, las quesadillas, los tacos, las tlayudas oaxaqueñas, el vaso de ponche, atole, tamales, buñuelos, champurrado y la clásica rosca de Reyes.

En este lugar, se hicieron presentes también pequeños sets en donde los niños pudieron maquillarse, usar coronas de cartón, antifaces, varitas mágicas, pequeñas lámparas luminosas de colores, lo mismo que orejas de “Mickey Mouse” y narices de payaso.

Por su puesto no pueden faltar los clásicos globos de helio de diferentes tamaños colores y estilos, para enviar las cartas, con las peticiones de los “reyes del hogar”: los niños.