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La emoción y el optimismo de los investigadores y la curiosidad de periodistas y visitantes han marcado las primeras horas de una jornada histórica: cuatro siglos después de la muerte de Miguel de Cervantes, un equipo técnico busca sus restos en el Convento de las Trinitarias.

A las 10.30 horas ha arrancado la primera fase de un proyecto que pretende localizar los restos del escritor, enterrado junto con su esposa en la iglesia del convento, para sacarlos de una "tumba anónima" y, con una lápida que recuerde su figura, devolverle la "deuda" que "toda la humanidad tiene con él", ha dicho hoy el investigador Fernando de Prados.

Para lograrlo, esta mañana ha accedido al templo un equipo de técnicos liderado por el georradarista Luis Avial, que, mediante un georradar y un equipo de infrarrojos que detecta los cambios de temperatura, identificará en los próximos días las cavidades donde pudieron producirse enterramientos.

Se rastrearán alrededor de 200 metros cuadrados correspondientes al suelo de la iglesia actual -no es la original donde fue enterrado en 1616 Cervantes, dado que se remodeló a finales del siglo XVII- así como algunos habitáculos adyacentes, una cripta a la que no se accede desde 1955 y los muros de la iglesia.

La exploración se hará, además, con la "malla" -la definición- más densa que se ha utilizado nunca, de manera que la información que se obtenga va a ser muy concreta, sostiene el georradarista.

"A poca profundidad podríamos llegar a detectar un bolígrafo o un mechero", ha explicado Avial a los periodistas, a quienes, eso sí, les ha advertido de que, cuanto más hondos estén los elementos, menor precisión se obtendrá en el mapa tridimensional.

El equipo de georradaristas estará recabando datos en la iglesia previsiblemente tres días -ampliables en el caso de ser necesario- y después elaborará un mapa tridimensional que estará listo en cerca de un mes y que indicará las posibles cavidades donde fue enterrado.

No obstante, apunta Avial que el georradar puede detectar las cavidades, pero "nunca personificar a quién corresponde cada esqueleto".

En cualquier caso, una vez se obtenga el plano tridimensional comenzará la segunda fase del proyecto: si se considera viable y se obtienen los permisos necesarios, será el prestigioso forense Francisco Etxeberría quien dirija una excavación selectiva y cuidadosa para recuperar restos óseos que puedan corresponderse con los del escritor.

La tercera fase, que ahora se atisba lejana pero que se espera que pueda concretarse durante este 2014, consistiría en analizar los restos en el laboratorio e identificar cuáles de ellos son los de Cervantes.

Aunque no podrá estudiarse el ADN, porque la línea sucesoria del escritor quedó extinguida, sí es posible identificar los restos por una caracterización antropológica: su gran nariz, que sólo le quedaban seis dientes, y las señales que pudieron dejar en su esqueleto los dos arcabuzazos en el pecho y otro en la mano izquierda, sufridos en 1571 en la Batalla de Lepanto.

Ante la atenta mirada de más de 50 periodistas y bajo el sobrecogedor altar barroco de la iglesia conventual de las Trinitarias, ubicada en la calle Lope de Vega, a tan sólo unos metros de la casa en que murió Cervantes, hoy ha comenzado la búsqueda de los restos del genio, con la "emoción" de emprender un proyecto histórico.

CUADRO

  • Muere en Madrid a la edad de 68 años de diabetes, en la Casa de Cervantes, situada en la esquina entre la calle León y la calle Francos, en el barrio de las Letras o barrio de las Musas, en el entorno del conocido Madrid de los Austrias.
  • Deseó ser enterrado en la Iglesia del Convento de las Trinitarias Descalzas, en el mismo barrio, ya que cuando fue llevado preso en Argel
  • Fue retratado en su tiempo por el pintor Juan de Jáuregui. Sin embargo, este retrato es probable que se perdiera y, como retratos contemporáneos al propio escritor, algunos opinan que sólo se conservan copias y falsificaciones de dicho retrato.