MUJERES RURALES

El papel de las mujeres en el campo es fundamental si se considera que 43% de las personas que trabajan en la agricultura en el mundo, son precisamente ellas. Se sabe, por ejemplo, que muchas poseen pequeñas parcelas, son cabeza de familia y dependen de la agricultura de subsistencia. No obstante, tienen acceso limitado a la tierra, al agua, a los fertilizantes, al crédito y a la educación. Así lo destacó Phumzile Mlambo-Ngcuka, directora ejecutiva de la Organización de Naciones Unidas (ONU) Mujeres.

“Se trata de un tipo de discriminación que no sólo dificulta su papel en la producción de alimentos, también viola sus derechos humanos básicos y amenaza la seguridad alimentaria colectiva”, señala Phumzile Mlambo-Ngcuka, comentario que hizo con motivo del Día Internacional de la Mujer Rural que se celebra cada año el 15 de octubre.

Sin duda, se trata de un sector de la población muy desfavorecido. Basta echar un vistazo a su situación en México. A nivel nacional, la población rural femenina se concentra en muy pocas entidades federativas; en 2014, una de cada tres de estas mujeres vive en Veracruz, Chiapas, Oaxaca o México. Dentro de estas entidades, la mayor proporción de este grupo de población se presenta en Oaxaca, uno de los estados donde se registran los más altos niveles de pobreza, y donde 52.3% de las mujeres viven en localidades de menos de dos mil 500 habitantes. Estos datos los recabó la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) 2014, y los rescata en un documento el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI).

En el reporte del Instituto, dos indicadores resultan desconcertantes y son los que se refieren al papel que juegan las mujeres rurales en la vida económica del país y su nivel de educación.

Sólo en el segundo trimestre de 2014, más de tres millones de mujeres del medio rural participaban en la producción de bienes y servicios para el mercado, lo que representa 15.4% de la población económicamente activa femenina del país.

No obstante, su acceso a la educación es limitado. La ENOE resalta que el alfabetismo para las que tienen 15 años y más es de 93.6%; el indicador es de 95.7% en localidades urbanas y 85.6% en zona rurales. Y es que en estas áreas, 2.1% de las niñas de 5 a 12 años no asiste a la escuela, por 1.6% de las niñas urbanas. La proporción aumenta a 12.3% en las adolescentes de 13 a 15 años, porcentaje que en localidades urbanas es de 6.3%.

El dato es revelador si se tiene en cuenta que la educación es un derecho humano fundamental, y un elemento indispensable para el progreso social y económico.

Es por eso que, con motivo del Día Internacional de la Mujer Rural, la ONU Mujer invita a la reflexión sobre la situación de estas mujeres y sobre la necesidad de “empoderarlas” pues “no sólo es fundamental para el bienestar de las personas, familias y comunidades rurales, sino también para la productividad económica general, dada la amplia presencia de mujeres en la mano de obra agrícola mundial”.