3

Uno de los hombres de Máximo Castillo, jefe de la guardia personal de Francisco I. Madero, vigila la “casa de adobe”, sede de la comandancia del Ejército Libertador en Ciudad Juárez. Es mayo de 1911 y el soldado mira apaciblemente a la cámara del fotógrafo que inmortalizaría su imagen mientras se recarga en la construcción y sostiene con una mano su rifle cuya culata descansa sobre el piso. Fueron muchas las personas que como él se unieron al movimiento revolucionario con la idea de cambiar el país. Es a esa gente que se unió a diferentes líderes y murió sin ningún reconocimiento a quien se dedica la exposición “Valse triste”, que se exhibe en el Museo San Carlos.

La muestra se hizo con la idea de “invitar a la reflexión sobre los costos que tiene una guerra, una revolución en este caso”, comenta Miguel Ángel Berumen, curador de la misma. El nombre de la exposición resulta pertinente pues si bien los valses son música alegre, en este caso es uno “triste, lleno de épica, de esperanza pero también está lleno de dolor”. Y es que algunas fuentes refieren que más de un millón de personas perdieron la vida en el movimiento armado.

Berumen seleccionó imágenes pertenecientes al coleccionista estadounidense Elmer Powell, que precisamente capturan a villistas en Torreón, a constitucionalistas entrando a la Ciudad de México, o simplemente revolucionaros anónimos, incluso niños guerreros. Son imágenes de fotógrafos como David W. Hoffman, Jim Alexander, o Yañez y Guillén, otras más son anónimas.

Como fotohistoriador, a Berumen le pareció interesante poner a dialogar estas fotografías con pinturas y litografías de la época, con la intención de revelar la manera en la que las primeras influyeron en otras artes.

En ese sentido, el cineasta estadunidense Elia Kazan llegó a comentar que se había basado en fotos de Casasola para su película “Viva Zapata” (1952). Asimismo, el pintor Mario Orozco Rivera aseguró que era relativamente fácil ver imágenes fotográficas de Casasola en la obra de Diego Rivera, David Alfaro Sequeiros y en la suya. También señaló que el 80% de los personajes del mural que Sequeiros pintó para el Castillo de Chapultepec se habían inspirado en fotos de la Revolución. De ahí la de incluir en la muestra la primera nota temática para dicho mural, una obra en técnica mixta que fue realizada aproximadamente en1956. En la exhibición también se incluyen obras de José Clemente Orozco, Roberto Montenegro y Leopoldo Méndez, entre otros.

El título, “Valse triste”, está inspirado en una obra del mismo nombre del compositor noruego Alfred Janson. Ese mismo nombre se le dio al video que se presenta al final de la exposición que deja ver la relación propuesta por el curador entre fotografía y pintura, para dar un nuevo significado simbólico, y al mismo tiempo, dar testimonio de un tiempo pasado.