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La óptima salud en la mujer implica tomar medidas preventivas para evitar enfermedades crónicas como el cáncer cérvico-uterino o de mama; sin embargo, existen otro tipo de males de los que debe estar alerta.
La salud de la mujer debe vigilarse desde recién nacida. Y es que las malformaciones congénitas en el sistema nervioso central, riñones, corazón, así como del tubo digestivo, son otros padecimientos frecuentes. Ante esto la prueba de tamiz neonatal como medida de prevención es fundamental, explicó el coordinador de Programas Médicos de la División de Atención Ginecobstétrica y Perinatal, de la Coordinación de Áreas Médicas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Tomás de la Mora Chávez.
En la niñez,  las infecciones en vías urinarias son un problema común que de no atenderse con oportunidad en su clínica familiar, puede acarrear consecuencias como la insuficiencia renal y con ello, efectos secundarios que alteran su calidad de vida, señaló el especialista.
Durante la adolescencia, es fundamental acudir a las unidades médicas para conocer las acciones preventivas sobre enfermedades de transmisión sexual, embarazos no deseados, alcoholismo, drogadicción y desórdenes alimenticios.
De la Mora Chávez recomendó que al llegar a la maternidad debe acudir a los servicios de ginecología del IMSS, lo que le permitirá prevenir preeclampsia, hemorragias e infecciones para llevar una gestación sin riesgos.
Al llegar a la edad adulta además de estar en constante revisión para detectar padecimientos como el cáncer, también se debe evitar sobrepeso, obesidad y enfermedades crónicas como diabetes mellitus, hipertensión y problemas de tiroides o inmunológicos.
Asimismo, exhortó a que desde la niñez se adopte un estilo de vida saludable, con hábitos que incluyan: alimentación balanceada, actividad física diaria o algún deporte y la higiene, con el fin de lograr una vejez con calidad.