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En los últimos años las mujeres han ganado terreno con gran éxito en el ámbito profesional y personal. Sin embargo, la procuración de su salud visual sigue siendo una demanda insatisfecha, lo que las hace más vulnerables a presentar problemas oculares y visuales.

Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), a través de la iniciativa global Visión 2020, indican que la población femenina es más sensible a padecer discapacidad visual y ceguera en comparación a los hombres. Así, de los 39 millones de ciegos que existen en el mundo, 6 de cada 10 son mujeres de países con ingresos bajos y medios.

“Esto en realidad no debería estar ocurriendo, porque hasta el 80% de los casos pueden ser prevenibles o tratables si las personas visitan al Oftalmólogo u Optometrista al menos una vez por año. Además de llevar a cabo una dieta balanceada, ejercitar su cuerpo y cuidar sus ojos de los peligrosos rayos ultravioleta presentes en ambientes externos sean días soleados o nublados, para ello, la AOA (Asociación Americana de Optometria por sus siglas en Ingles) nos recomienda utilizar lentes que bloqueen al 100% de rayos UVA y UVB para reducir la aparición temprana de enfermedades oculares”, indicó el Dr. José Luis Merino, Miembro de la Asociación Mexicana de Oftalmología Pediátrica.

En el marco del Día Mundial de la Salud Visual, el experto explicó que entre las principales causas que hacen que en las mujeres se incrementen los casos de debilidad visual y ceguera en comparación a los hombres están los factores de género, medioambientales, sociales y culturales, tales como mayor longevidad, propensión a males visuales en diferentes etapas de la vida, menor acceso a servicios de salud y falsas creencias al momento de utilizar anteojos de prescripción.

Dijo que gracias a la esperanza de vida en la mujer actual se incrementan las posibilidades de padecer enfermedades como glaucoma, degeneración macular asociada a la edad, retinopatía diabética y catarata, siendo esta última el primer motivo de ceguera a nivel mundial. Mientras que la miopía, hipermetropía y astigmatismo (errores refractivos) pueden suscitarse en el embarazo y lactancia por retención de líquidos afectando las condiciones normales de visión. Incluso, los cambios hormonales en la menopausia elevan el riesgo de sufrir síndrome del ojo seco.