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Las nuevas formas para el consumo de drogas conocidas, como el tabaco inhalado (rapé) o masticado, así como formulaciones de sustancias estimulantes o de otras similares a la marihuana, que se presentan como alternativa ante el vacío legal en la materia, constituyen un riesgo inadvertido, sobre todo para jóvenes.

La experta en Neurobiología de las adicciones Silvia Lorenia Cruz Martín del Campo, del Departamento de Farmacobiología del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) Sede Sur, alertó sobre lo anterior al hablar de la segunda edición de su libro “Los efectos de las drogas. De sueños y pesadillas”.

Indicó que “en el libro se aborda desde una visión general lo que es el sistema nervioso central hasta entender las sustancias que llamamos drogas, capaces de cambiar las emociones, las percepciones y el ánimo”.

En un comunicado, advirtió que el panorama de consumo de drogas en México ha cambiado desde 2007, cuando salió a la luz la primera edición del libro.

“Hablábamos mucho del tabaco en términos de consumo de cigarrillos o de terapias para dejar de fumar, pero dejamos de lado nuevas formas; ahora se promueve utilizar cigarros más ‘naturales’ hechos a mano o fumar el tabaco en grandes pipas de agua” (conocidas como hookahs lounges).

El problema merece atención, a decir de la académica del Cinvestav, debido a que un grupo especialmente vulnerable es el de los adolescentes, quienes pueden consumir nicotina durante periodos prolongados en los hookahs lounges sin percibirlo como un riesgo para su salud.

SUSTANCIAS EN PRESENTACIONES INTENCIONALMENTE ENGAÑOSAS

Otro ejemplo citado por Cruz Martín del Campo es el de sustancias que se venden en presentaciones intencionalmente engañosas, como si fueran inciensos herbales o “sales de baño”, cuya formulación y efectos son similares a los de los cannabinoides contenidos en la mariguana o a potentes drogas estimulantes.

Varias de estas sustancias, advirtió, en su momento se desecharon de la investigación en laboratorios farmacéuticos, por su alta capacidad para inducir dependencia, pero ahora se reviven y sacan a la luz a través de otras vías sin pasar ningún criterio de seguridad, ya que evaden las medidas de regulación sanitaria.

“Como tienen alguna modificación pequeña en sus moléculas con respecto a las drogas más conocidas y se sintetizan análogos continuamente, no están directamente identificadas en la legislación como sustancias prohibidas”, explicó la experta en farmacología conductual.

“Cuando veo los componentes de estos productos, que se están vendiendo como si fueran legales, a pesar de que hay evidencia científica de su toxicidad, me doy cuenta de la necesidad de transmitir esta información. Esa fue una de las motivaciones para retomar el libro”, añadió.