Festejan chinos año de la cabra

china en estas fechas.

El Festival de la Primavera -el nombre con el que se conoce en el país asiático el Año Nuevo lunar- es ante todo una fiesta familiar, por eso trae aparejado un éxodo de cientos millones de personas que supone el mayor desplazamiento poblacional del planeta.

Las grandes urbes quedan medio vacías en favor del medio rural, ya que, en un reequilibrio de la densidad poblacional de China, quienes viven lejos de sus hogares vuelven a sus localidades natales para festejar el cambio de año con sus familias.

En las principales ciudades, el Año Nuevo Chino altera, asimismo, las escenas cotidianas: el tráfico es fluido, la contaminación baja, hay asientos libres en el metro y las aglomeraciones humanas se desplazan de los centros de oficinas a enclaves como el pequinés Templo de la Tierra, que acogen estos días las populares ferias del Festival de la Primavera.

La del Templo de la Tierra estuvo hoy atestada de gente que degustaba dulces en los puestos de comida, compraba incienso o figuras de madera en las tiendas o se concentraban ante los actuaciones de ópera china, bandas de rock y grupos cómicos.

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