Fe

SINGLADURA
Se quiera o no, seamos parte de ese segmento que a nuestro presidente López Obrador

le encanta llamar “fifís” o “pirruris”, o pertenezcamos al otro mundo que muchos denominan “chairos” o “pejezombies”, lo cierto es que está en curso un fenómeno social que divide o fragmenta al país. ¿Es sano? pregunto. Lo dudo.
¿Cómo resolver este cisma social? Desconozco si hay una intencionalidad política en esta digamos “segmentación” –dirían los mercadólogos- del país. Es probable. Espero que no. Lo cierto es que nada de lo social ocurre porque sí, o por casualidad. Lo sabemos. ¿Cuáles podrían ser los efectos de esta “segmentación” nacional? Tampoco lo sé. La naturaleza humana o el factor humano casi siempre son impredecibles, aun y cuando puedan trazarse tendencias e incluso anticipar escenarios sociales posibles. Los sociólogos saben mucho mejor esto. Son ellos los que muchas veces realizan investigaciones de “impacto social” y develan el misterio. Ojalá comiencen pronto a por lo menos diseñar los probables y eventuales “escenarios” del país en los años que siguen y que estarán como sabemos bajo la égida de la llamada Cuarta Transformación (4T).
Por lo pronto y en vista de mi desconocimiento sociológico, aun y cuando “ciertamente” cursé en mis años de alonsiaco –denominación de origen de quienes cursamos la preparatoria en el venerable San Ildefonso- tomé clases de sociología, positivista claro bajo la inspiración luminosa nada menos que de don Augusto Comte –amor, orden y progreso- recurriré a otro amparo, éste propio de las proclamadas virtudes teologales. Aludo a la fe, un concepto tan breve en su escritura como inmenso en su significado y proyección.
En este sentido, proclamo mi fe más allá de “fifís”, “pirruris”, “chairos” o “pejezombies”. Esto significa que decidí mantener mi fe personal en que el gobierno de la 4T rinda en algún momento de los seis próximos años los resultados que estoy cierto estamos esperando prácticamente todos los mexicanos, al margen del segmento donde se nos está pretendiendo colocar, encasillar. Y si es antes del fin del sexenio, mucho mejor. En ese caso prometo acrecentar mi fe.
Proclamada esta fe, con la que me galvanizo de manera absoluta, me permito coincidir con el diagnóstico del presidente López Obrador, quien la víspera soltó que la economía y las finanzas públicas del país van “requetebién” en los primeros cinco meses de su gestión.
López Obrador citó los índices inflacionarios, la solidez del peso ante el dólar y una mayor recaudación de impuestos como hechos irrefutables del “requetebueno” –digo yo con fe- desempeño económico nacional.
Esto dijo el presidente López Obrador en Oaxaca, durante la presentación de los programas del Bienestar y el Programa Nacional de Reconstrucción tras los sismos de 2017. Mantengo mi fe. Así me digan “fifi”, así me digan “chairo”. Me resguarda mi fe. Después de todo ¿qué seríamos los hombres sin fe?
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