Vacunación en México, ejemplo de apropiación social de la ciencia

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• Acá nunca ha habido necesidad de aplicar multas debido a que los padres no
vacunen a sus hijos; lo que a veces falla es el abasto, advierte Alejandro Macías.
 
En un reporte de 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) documentó que seis países notificaron casos confirmados de sarampión entre diciembre de 2018 y enero de este año: Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Estados Unidos y Venezuela.
 
Aunque existe una vacuna, esta enfermedad causó 110 mil defunciones en todo el mundo en 2017 y sigue representando una amenaza latente; recientemente puso a México en alerta por la notificación de algunos casos aislados en ciudades fronterizas con los Estados Unidos de América, entre ellas Monterrey.
 
Si bien es importante contar con una buena vigilancia al respecto e insistir en que los adultos también deben de vacunarse, sobre todo si pretenden viajar, el doctor Alejandro Macías, especialista en enfermedades infecciosas y profesor de la Universidad de Guanajuato, enfatizó que el problema comienza desde la infancia.
 
“Lo que proporciona a la sociedad una inmunidad son, en el caso de enfermedades como el sarampión y la rubeola, las vacunas en la infancia, que es lo que más ha fallado”.
 
De hecho, la OMS estimó que entre 2000 y 2017, la vacuna contra el sarampión evitó alrededor de 21,1 millones de muertes, lo que la convierte en una de las mejores inversiones en salud pública.
 
Sin embargo, los motivos del rechazo a la vacunación varían en todo el mundo. En algunos países, como España y Estados Unidos, se debe, sobre todo, a la fuerte presión que ejercen los grupos antivacunas, razón por la cual existen leyes que sancionan a los padres que se nieguen a inocular a sus hijos.
 
Por fortuna, México cuenta con una fuerte cultura de vacunación. “En México nunca ha habido necesidad de aplicar multas debido a que los padres no vacunan a sus hijos; la falta de vacunación no es porque la gente no se quiera vacunar sino porque de pronto faltó el abasto”, explicó el doctor.
 
Por otro lado y aunque es importante no escatimar esfuerzos, muchos de los adultos nacidos después de la década de 1970, año en que llegó la vacuna del sarampión a México, y que hayan sido vacunados o que en algún punto de su vida hayan padecido esta enfermedad, ya cuentan con inmunidad, protegiendo así al mismo tiempo al resto de la población que está en contacto con ellos.
 
En caso de los adultos que no fueron vacunados cuando niños, el doctor Macías recomienda aplicársela durante la semana nacional de vacunación más próxima, así como acudir a alguna clínica de vacunación para adultos o consultar directamente a un pediatra pues ellos tienen un acceso constante al medicamento.
 
“Las vacunas siguen siendo una de las herramientas importantes de la salud pública, sus efectos colaterales son muy poco comunes y su utilidad es extraordinaria. Vámonos quitando los miedos a las vacunas”, concluyó el doctor.
 
Pie de foto: “Lo que proporciona a la sociedad una inmunidad son, en el caso de enfermedades como el sarampión, la rubeola, las vacunas en la infancia”, dijo el doctor Alejandro Macías. (Foto: Ciencia UNAM). 

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