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Por encima de la perspectiva que tiene la cúpula de poder en Los Pinos, donde erróneamente se quiere hacer creer que falló la política de comunicación de Enrique Peña Nieto, así como de que en el exterior, principalmente en Estados Unidos, ha caído la credibilidad en la administración peñista, por las acusaciones de corrupción y tráfico de influencias y la crisis de seguridad, para el inicio del 2015 se avizora un control de daños y ¿por qué no cambios en el gabinete presidencial?

Cumplidos dos años del régimen del nacido en Atlacomulco, ya enfilándose a la primera mitad del peñismo, están en puerta cambios en aquellas áreas donde no ha habido los resultados esperados. Estos se antojan como necesarios para que emerjan nuevas formas de integración de la figura presidencial y su equipo con la ciudadanía. 

El partido en el poder sabe, así como su primer exponente en el Ejecutivo,  que hay voces que hablan ya de un autogolpe en donde, inclusive, no se descartan medidas abruptas, como un magnicidio. En este sentido se advierte, lastimosamente, que el Presidente está enfermo, padece cáncer y se ve harto difícil que pueda concluir su período. 

 Todo esto, ante los últimos acontecimientos que colocan a Enrique Peña Nieto en el desprestigio, ante las explicaciones que no convencen a nadie sobre la compra de la llamada "casa blanca", de parte de la primera dama, Angélica Rivera, la devaluación del peso frente al dólar -se cotizó hasta en 15.05, en días pasados-, la desaparición de los 43 estudiantes normalistas en Guerrero -en donde se pretende culpar a una autoridad municipal, en una acción que está involucrada la Federación, presuntamente-, el derrumbe del precio del petróleo -tanto el Brent, como la mezcla mexicana, que sitúan a menos de 55 dólares el barril, esta última-, la crisis de seguridad y, otra vez, la compra de una casa por parte del secretario de Hacienda, Luis Videgaray, al mismo constructor y propietario de Bienes y Raíces H&G (Higa), Juan Armando Hinojosa, principal beneficiario de obras millonarias desde la época de cuando Peña era gobernador del Estado de México y hoy Presidente de México. 

Naturalmente, la opinión pública no se chupa el dedo y no le cree al titular de la SHyCP que de un golpe y porrazo pueda pagar el crédito que le otorgó Higa, no una institución bancaria, para la adquisición de la casa en el Club de Golf Malinalco y que no haya conflicto o tráfico de influencias con el empresario constructor, cuando hasta en revelaciones del periódico Reforma, se asegura que el gobierno municipal de ese lugar otorgó subsidios a H&G, en el pago de impuesto predial. 

La oposición se lanza contra Luis Videgaray y ahora le exige aporte pruebas de cuánto ganaba antes y después y por qué la liquidación de un crédito que supuestamente le iba a pagar a Higa en 18 años. 

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