desde el crisol

Al gobierno del presidente Enrique Peña Nieto le faltó tacto y oficio político en materia diplomática tras el condenable ataque a un grupo de mexicanos en Egipto hace unos días. Su actuación diplomática fue totalmente resaltada por su notoria su tardía de reacción en postura y decisión.

Aquí no basta con enviar al TP-01 a Egipto para traer de vuelta a los sobrevivientes de aquella agresión militar en el Desierto de Occidente de Al Wahat, sino es necesario, cobijar a los familiares en el respaldo de su exigencia por esclarecer y demandar justicia ante estos lamentables hechos.

A México le urge una nueva agenda diplomática, que sea seria y firme para lograr contener el control ante este tipo de escenarios adversos que lastiman a nuestro país desde el extranjero. El llamado es claro y directo hacia las autoridades de relaciones exteriores: dar puntual seguimiento al caso y exigir sin titubeos, no respuestas diplomáticas, sino acciones por parte del gobierno egipcio.

Los responsables de nuestro dolor por la muerte de los hermanos mexicanos en Egipto, deben ser castigados con todo el peso de la ley; el Gobierno Federal cuenta con todo el respaldo de Acción Nacional para trazar una ruta amplia de acciones que nos permita tener una voz más fuerte para exigir.

EL DOLOR DE CABEZA

Así es, la bancada panista para la VII Legislatura en la Asamblea Legislativa seguirá siendo un dolor de cabeza para el gobierno local y las izquierdas ahí representadas; se mantendrá aún la agenda de oposición firme que detenga los abusos y las formas de operación clientelar que acostumbra hacer uno que otro político con fines electorales.

La agenda se ha impuesto clara, no a la manipulación de programas sociales y no a las decisiones centralizadas, sino hay que trabajar en consensos y dinamismo político que empoderen al interés único y exclusivo de mejorar la calidad de vida de los capitalinos.

Ex diputado local del PAN en la ALDF

@hector_saul1