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Conforme se acerca el 20 de enero, día en que Donald Trump asumirá la presidencia de los Estados Unidos, la zozobra va creciendo entre los mexicanos, y aunque existe un sustento bien fundado, por las abiertas y reiteradas advertencias que lanzó contra México, el empresario neoyorquino, durante su campaña electoral; lo cierto es que,

estamos siendo bombardeados hasta la exageración, por todos los medios de comunicación, con las distintas especulaciones e interrogantes sobre cómo afectará a nuestra economía la llegada de este republicano radical.

Hay quien pronostica un escenario de película de terror, o quien hasta explica punto por punto, lo que pasará, y la realidad es que no tenemos una bola de cristal para saber con exactitud o precisión cómo se pondrán las cosas.

Pero con mis palabras no pretendo azuzar al desdén, por el contrario, considero que debemos entender lo importante de la llegada de Trump como presidente, porque sin lugar a dudas, cambiará las cosas, yo tan sólo, me niego a caer en una desgracia anticipada.

Y pienso que este momento es para darle un voto de confianza a las autoridades mexicanas, ante esta circunstancia, pues no podemos perder de vista, que en medio del complicado entorno global, México ha actuado con cautela, ha sabido distinguirse por su estabilidad económica y su dinamismo productivo; probadamente, no hemos salido tan “raspados”, como se dice coloquialmente; según los analistas del mundo.

Por todo esto, considero que frente a la adversidad, o al peor de los escenarios que se pudiera presentar, nuestra nación saldrá adelante, porque tenemos la cabeza, que es nuestro presidente Enrique Peña Nieto, con toda la seguridad de saber por dónde conducir la economía del país, su actitud, no es la de quien le teme a algo, sino la de una autoridad responsable que no baja la guardia y ha asegurado que hará que México siga apostándole al libre comercio y a la vinculación con otros países para potencializar las oportunidades del país.

Nuestro gobierno no será un mero espectador, de eso podemos estar seguros, y porque sé, que esto es lo único cierto, es que no apoyo que se fomente un sentimiento de tristeza, angustia o inquietud en el pueblo de México, pero desde luego que no celebro ninguna medida que vaya en contra de la globalización y de las nuevas dinámicas económicas del mundo.