Las indignantes expresiones hacia México han sido constantes, pero increíblemente las adoptamos y las reproducimos.

“Somos el patio trasero de los gringos” pero justo hoy, este jueves 14 de agosto, el tono subió y mucho. Aún cuando el gobierno mexicano presume cercanía y “triunfos” con la Casa Blanca. En una transmisión “en vivo” el presidente Donald Trump dijo “México hace lo que le digamos que haga” zas! de patio trasero a sirvientes. Y esto se suma a la grave declaración de Pamela Bondi, fiscal de estadounidense, quien acusó que Nicolás Maduro soborna al Gobierno mexicano para poder traficar vía aérea, drogas a los Estados Unidos de Norteamérica. Y además aseguran tener pruebas. Las bondades diplomáticas se han reducido a nada frente a un ineficaz desempeño de la Secretaría de Relaciones Exteriores, desde la gestión de Marcelo Ebrard, hasta la de De La Fuente. He subrayado el hecho de que en lo insólito los dos presidentes (México y Estados Unidos) no hayan tenido un encuentro presencial y ni siquiera fotográfico. Sabe y bien el magnate que mientras el mundo gira en una salvaje competencia (veamos a China y sus majestuosas ciudades y compleja y exitosa economía CAPITALISTA) México se hunde en populismos baratos, extrema corrupción y descontrolada violencia. En tanto, la tecnología, la información, la ciencia, las matemáticas, la era espacial y la consolidación de cuadros de excelencia universal en todas las materias, México negocia con Venezuela, Irán y Cuba pactos muy ligados al crimen organizado y con tendencias a un comunismo anacrónico en donde las masas (el pueblo bueno) cree decidir cuándo desde el poder abusan de su ignorancia. “Ahí vine el lobo” cuenta el refranero. Pero es un asunto vuelto a la realidad. Estados Unidos acumula más información de seguridad nacional que en nuestro país. La cínica acción de políticos metidos a la defensa de criminales alimenta la persecución jurídica. Ahí tenemos el brutal enriquecimiento oculto de Fidel Castro, envuelto en una revolución de mentiras y explotadora de su gente. Ahí tenemos al bravucón de Nicolás Maduro observando como Estados Unidos ordenó el despliegue de fuerzas navales y aéreas en el sur del Mar Caribe para enfrentar a cárteles de la droga, incluido el Cártel de los Soles de Nicolás Maduro, horas después de que Pam Bondi pidiera llevarlo ante la Justicia estadounidense. Pero adicional el gobierno de Trump confisca más de 700 millones de dólares en bienes del venezolano, capital considerado como parte del “crimen organizado” y exhibiendo la lujosa mansión, Villa La Caracola, de 18 millones de dólares que le fue incautada en Punta Cana, República Dominicana. Por ello no es gratuita la filtración del listado de 15 poderosos políticos mexicanos que mantienen en Panamá recursos ilícitos. Subestimar a las tareas de investigación e inteligencia de los estadounidenses con bajísimas arengas de la “defensa de la soberanía” es ignorar el poderío de las mentiras contra la realidad. Ya veremos cuando desnuden la verdad de cómo es que se puede vivir 17 años de activista sin cuentas bancarias, sin pagos al fisco y con 200 pesos en la bolsa, o de qué manera se logran autoexilios en Francia cuando “no tengo ni para pagar la renta”, o dentro de la austeridad republicana se pueden comprar los nuevos modelos de ropa en la sucursal de Prada en Japón, o vivir en una mansión en Houston arrastrado por la bondad de la “señora que tiene dinero”. La pregunta naciente es a quién  está atendiendo Sheinbaum: a amlo, a Trump o a los enlistados en el Foro de São Paulo? Y que conste que es pregunta.