¿La hoguera de los fuegos fatuos?

Conforme se acorta el tiempo para las elecciones del dos de junio próximo, se enrarece más el ambiente mexicano y eso

-díganme ustedes- ¿a quién conviene? Estoy seguro, muy seguro, que a nadie en este país, ni siquiera a quienes pudieran estar atizando la hoguera de los fuegos fatuos. Veamos.

La economía nacional, hay que decirlo, no está comprometida o en una encrucijada, no al menos por ahora. De hecho, la estimación oportuna del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) acaba de revelar que México registró un avance del 3.1 por ciento al cierre del 2023.

La cifra confirma un crecimiento por segundo año consecutivo igual o mayor al tres por ciento, que si bien no es para dar brincos de alegría o creer que entramos ya en jauja, si nos deja ver que la economía sobrelleva en general bien las cosas, especialmente tras una bárbara caída -hasta menos 10.5 por ciento del PIB- como consecuencia de la pandemia por el Codiv-19 en el 2020.

También es cierto que la economía registrará un crecimiento en su conjunto este sexenio en torno al uno por ciento, bastante mediocre y menor incluso al que se tuvo en la hoy satanizada época neoliberal. 

México además sigue y así cerrará este sexenio, con fuertes presiones presupuestales y un agudo déficit fiscal debido a la negativa de este gobierno de encauzar una reforma fiscal para robustecer las finanzas públicas, que han soportado la gigantesca presión de los presupuestos y sobrecostos de las mega obras insignia, las cuales siguen en veremos y absorbiendo fuertes sumas de dinero.

Pero en resumen, pues, la economía como quiera se defiende gracias en una buena parte a los capitales que siguen apostando al país y las remesas que los mexicanos envían religiosamente a sus familias en México, unos 60 mil millones de dólares por año, y en parte a la autonomía, sin vulnerar al menos hasta ahora, del Banco de México.

Pero en los ámbitos de la criminalidad y aún político, las cosas si se están enturbiando. Ya es hasta ocioso decir que el crimen está en auge, casi 170 mil homicidios dolosos en lo que va de este gobierno, hablan por sí solos sobre la tragedia que vive México.

Y junto con la amenaza del crimen, han comenzado a multiplicarse los llamados o las voces de alerta sobre el riesgo que este fenómeno representa para los comicios en puerta a los que estamos convocados casi cien millones de mexicanos. Aquí sí ya cambia la cosa.

Dos altas funcionarias del gobierno de la 4T, Rosa Icela Rodríguez y Luisa María Alcalde, titulares de Seguridad Ciudadana y de Gobernación, respectivamente, fueron increpadas al respecto. La primera dijo que en unos días -martes o miércoles próximos- se darán a conocer los detalles de un plan de seguridad para los competidores a cargos de elección popular. El plan, que se presentará a la titular del INE, Guadalupe Taddei, busca garantizar que los electores del país elijan a sus próximos gobernantes, dijo. Más escueta, Alcalde sólo dijo que se va avanzando en materia de seguridad y que sí habrá elecciones pacíficas. Eso dijeron una y otra.

No obstante, tres magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación dieron recién la nota al admitir el riesgo de que el crimen organizado influya en las elecciones y aún tome el control desde la Presidencia de la República. Esto dijeron en un foro con El Universal. El riesgo, sólo el riesgo, advertido por estos magistrados, ya es muy grave.

De igual forma, dirigentes del PAN plantearon la exigencia al presidente López Obrador para que se atienda la crisis de violencia e inseguridad en México porque “pone en riesgo el proceso electoral del país”. Otro llamado, pues.

Xóchitl Gálvez dio un apretón más en la rosca del tornillo al hacer eco de la advertencia hecha por tres magistrados del Tribunal Federal Electoral, al advertir “con mucha valentía, mi reconocimiento a los magistrados, porque ponen en la mesa que el crimen organizado está participando en ciertas regiones del país”.

La nota discordante provino de Claudia Sheinbaum, quien descartó el papel de los criminales en las campañas rumbo a la siguiente elección. Dijo que frente a esto, “Morena está blindada”. Añadió: “Respetamos al Tribunal Electoral, pero no coincidimos en que esa sea la situación del país", dijo en respuesta a preguntas de El Universal.

Sheinbaum añadió que está convencida de que aun cuando hay sitios del país que requieren una “atención especial”, éstos se encuentran mapeados por la Secretaría de Seguridad Ciudadana, por lo que -colige- eso “no es la generalidad del territorio nacional” y pronosticó que habrá “elecciones pacíficas, limpias y con una gran participación del pueblo de México” el dos de junio próximo. Eso dijo.

En este ambiente, trascendió el trabajo periodístico de Tim Golden, un acreditado reportero de investigación con dos codiciados Pulitzer, al revelar una serie de pesquisas según las cuales en su campaña presidencial de 2006, el hoy presidente Andrés Manuel López Obrador, habría recibido al menos dos millones de dólares para financiar su campaña política.

Golden publicó desde el sitio ProPublica, el artículo denominado “¿Los narcotraficantes canalizaron millones de dólares a la primera campaña del presidente mexicano López Obrador?”. Una bomba periodística, sin duda, en un ambiente de crispación política en los dos países y socios de Norteamérica.

El presidente López Obrador, claro, rápido tildó de falsedad y calumnia la versión de Golden, y dijo que al igual que en México, en el extranjero la prensa también está muy subordinada al poder. “¿Dónde están las pruebas”, retó el mandatario en su matutina en Palacio Nacional. La víspera tildo a Golden de mercenario al servicio de la DEA, la Dirección de Control de Drogas de Estados Unidos.

La senadora Citlali Hernández, secretaria general de Morena, dijo esto: “Esto huele a un muy burdo intento de intervencionismo de algún sector estadounidense”.

Hernández abundó: Parece que los gringos ya llegaron a un acuerdo con la candidata Xóchitl Gálvez, seguramente a cambio de esto promete entregar los bienes de la nación; quieren enlodar a nuestro presidente cuando su autoridad moral está probada”.

Pero Gálvez, la aspirante presidencial opositora, hizo ver que el presidente tiene que limpiar su nombre. “Ahora sí que él dice que el que no mancha tizna… él debe ser el más involucrado o el más interesado en que su nombre se limpie”, consideró. ¿Y entonces? ¿Todo se quedará en nada?

Roberto Cienfuegos J.

@RoCienfuegos1