MÚNICH, Alemania - El Barcelona amarró su boleto a la final de la UEFA Champions League con dos goles de Neymar que, pese a caer 3-2 ante el Bayern Munich, fueron suficientes para clasificar a los culés con un 5-3 global.
Así vivimos la semifinal de vuelta en el Match Center
El Barça jugará en Berlín en 6 de junio su octava final de la Liga de Campeones, al eliminar el Bayern de Múnich en el Allianz Arena gracias a una gran actuación del brasileño Neymar, que marcó dos tantos, y a una soberbia noche del portero alemán Marc-André ter Stegen.
A pesar de perder el juego por 3-2, y seguir sin ganar en Múnich, la ventaja de la ida (3-0) ha sido más que suficiente para un Barça al que se le complicó el partido cuando el Bayern se adelantó 1-0, pero acabó siendo letal con su nueva arma, el contragolpe, con la cual puso un 1-2 en el tanteador y neutralizó el choque hasta que finalizó la primera parte.
Si no es el mejor contragolpe del mundo, como afirmó con rotundidad Josep Guardiola en la previa del partido, el Barça sí que puede presumir esta temporada de ser un conjunto con una velocidad endiablada que, a diferencia de otros años, es capaz de plantarse en el área rival en un santiamén y, además, marcar gol.
Así fue como el Barcelona neutralizó el primer tanto de Benatia, que elevó el ambiente del Allianz como si fuera una caldera. Pero en una acción rápida en el minuto 15 y otra en el 29, Neymar dejó sentenciada la eliminatoria con dos tantos.
Mucho antes de que el Barcelona desinflara el ambiente con el segundo tanto, el Bayern, además de marcar un gol, pudo haber anotado algunos más, de no ser por una actuación sublime de Ter Stegen, que firmó su mejor noche como azulgrana, a pesar de encajar tres goles.
El Bayern jugó su carta desde el arranque, haciendo que el balón no se enmarañase en el centro del campo para llevarlo con velocidad por las bandas, desde donde los laterales azulgranas tuvieron mucho trabajo. Después de cinco minutos de agobio, Rakitic tuvo la primera ocasión de gol para el Barça y Neuer respondió con acierto sacando la pelota a córner.
En el minuto 6, Piqué se tuvo que lanzarse al suelo para sacar un tiro de Rafinha y el punto de inflexión llegó en la siguiente acción, cuando en una jugada sin apenas peligro, Lewandowski sacó un duro disparo y Piqué rechazó a córner.
En el lanzamiento, Madhi Benatia conectó un preciso cabezazo que se fue al palo derecho del Ter Stegen, que no pudo impedir el tanto. El Barça recibía el primer gol en ocho partidos.
El Bayern vio que podía ser, que el milagro podía ser una realidad, ya que llevar el balón al área azulgrana se había convertido en un objetivo más fácil de lo esperado.
El Barcelona, con muchas dudas en la creación, optó sin remilgos por el lanzamiento de balones largos, para atacar los espacios y romper a una defensa que, si bien estaba formada por cuatro hombres, en muchas ocasiones se quedaba en tres. Así, al cuarto de hora, un balón en profundidad de Messi a Luis Suárez, permitió que el uruguayo habilitase a Neymar, que llegaba por la izquierda. Esta vez el brasileño no falló, igualando el partido (1-1).
El empate empeoraba las cosas para el Bayern, que tenía que marcar cuatro goles y a punto estuvo de descontar uno en el minuto 19 con un remate de cabeza de Muller que Ter Stegen sacó casi en la escuadra.
A poco de llegarse a la media hora, Ter Stegen se reivindicó nuevamente con otro paradón a disparo de un solitario Lewandowski.
En el minuto 28, en la otra portería, el titular de la selección alemana no fue menos con otra gran parada a jugada de Neymar y Messi, pero en el 29 nada pudo hacer en otro contragolpe en el que Luis Suárez cabalgó en solitario y, cuando se le echó un rival encima, volvió a tirar el balón a la izquierda, donde Neymar repitió acierto (1-2).
El jarro de agua fría cayó sobre el césped y en el graderío, que dio entonces por perdida la eliminatoria, a pesar de que la meta de Ter Stegen no descansó debido a que el titular de los partidos de 'Champions' estaba dispuesto a firmar una noche de gloria, como en un remate de cabeza de Schweinsteiger y, sobre todo, en un disparo de Lewansdowski en el que el balón se encaminó hacia la línea de gol y el meta barcelonista, en un esprint a vida o a muerte, sacó la pelota sobre la raya.
En la segunda parte, el Bayern hizo buena la máxima de Guardiola en la previa de defender primero y buscar algo en ataque. El equipo alemán salió a mover el balón, a no precipitarse y evitar que el Barça hiciese aún más daño con algún contragolpe en un once en el que Suárez se quedó en el vestuario y saltó al campo Pedro.
A pesar del que el partido había caído en un tono espeso, en el que parecía que los dos equipos daban por buena la eliminatoria, un balón sin más en la frontal cayó en los pies de Lewandowski, que recortó bien a Mascherano y, con un fuerte disparo, empató el partido (2-2).
El Barcelona renunció a sus esencias, a intentar maniatar el balón, y, a pesar de que en alguna fase realizó un buen control sin profundidad, no pasó por muchos apuros hasta que en otro latigazo, en el minuto 74, Muller se encontró un balón bien movido en la frontal y deshizo la igualdad con un buen gol desde fuera del área (3-2).
La falta de intensidad, a pesar de disfrutar aún de un gran margen en el tanteador, llevó al Barça a vivir un tenso cuarto de hora final que llevó a Luis Enrique a sacar a Xavi para frenar el partido. Y lo logró. El tiempo se echó encima del Bayern y fue entonces cuando el Barça masticó los minutos a su gusto.
La oncena de Luis Enrique se clasificó con claridad, a pulso de un tridente ofensivo histórico y sin duda llega a Berlín como el rival a vencer y el gran favorito para llevarse el título en lo que seguramente será un partidazo el próximo 6 de junio frente a la Juventus o en un derbi europeo si su acérrimo rival Real Madrid vence a los italianos.