La recta final en la organización de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro es un “desafío”, admitió el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, tras su primera reunión con el presidente interino de Brasil, Michel Temer.
“Los Juegos Olímpicos de este tamaño son siempre un desafío. Estamos en deporte y amamos los desafíos”, dijo Bach tras una breve reunión con Temer en el Parque Olímpico que dentro de 52 días acogerá a cientos de atletas de todo el mundo.
Bach dijo que recibió de Temer “el compromiso incondicional” con unos Juegos Olímpicos cuyo éxito organizativo está en tela de juicio por la crisis política, la recesión económica, el repunte de la violencia en Río y la amenaza del virus del Zika, entre otros factores.
“Estoy muy confiado de que serán grandes Olimpiadas”, enfatizó el presidente del COI. “Estos Juegos no son sobre política, sobre divisiones. Son para unificar a los brasileños para que sean grandes anfitriones de los JO”, señaló Bach, quien participará en un evento para desvelar algunos detalles de la ceremonia de apertura del próximo 5 de agosto.
El juicio político a la presidenta apartada Dilma Rousseff, lo que provocó el ascenso de su vicepresidente, Michel Temer, a la jefatura del Estado hace apenas un mes, entró de lleno en los Juegos de Río 2016, en momentos en que Brasil recibe la atención de la prensa mundial.
“Tenemos que mantener los Juegos fuera de las cuestiones políticas”, dijo Bach. “Los Olímpicos son un proyecto unificador y hemos trabajado mucho con el gobierno de Rousseff por el éxito de los Juegos. Estamos trabajando ahora con el gobierno de Temer”, señaló.