LOS ÁNGELES -- El jugador de Los Angeles Lakers, Kobe Bryant, se operó este miércoles del desgarro en el manguito rotador del hombro derecho y de la separación del músculo superespinoso del hueso. Según confirmaron desde la franquicia, todo salió como estaba previsto.
El escolta de los Lakers se perderá lo que resta de temporada ya que deberá estar apartado de las duelas durante un periodo aproximado de nueve meses. A partir de ahora, el jugador deberá afrontar una recuperación que tendrá varias fases.
Primero deberá tener el hombro inmovilizado con un cabetrillo durante alrededor de un mes o un mes y medio. Cuando se cumpla el plazo, poco a poco irá recuperando la movilidad en la zona intervenida. Kobe necesitaría la ayuda de un terapeuta para ir ganando movilidad en el hombro. Este proceso duraría entre dos y cuatro semanas. A continuación, pasaría por la fase de fortalecimiento, que suele ser a partir del cuarto mes de recuperación. El objetivo sería ganar masa muscular en la zona y los músculos de alrededor como los de la espalda. Este periodo duraría cerca de un mes y medio.
La última fase servirá para que Kobe reproduzca junto a un especialista los movimientos que suele hacer en los partidos. Sería la normalización de su hombro de una manera controlada y poco a poco iría llevando al límite la zona como paso precio a volver a competir. Sería gradual, es decir, primero lanzaría a canasta desde distancias cortas y poco a poco se iría alejando. Si todo saliera como lo previsto, a partir del sexto mes podría incorporarse al ritmo normal de sus compañeros. Es decir, en julio o agosto podría volver a entrenar con normalidad y estaría listo para el campamento de verano que los Lakers realizarán en Hawaii.
Kobe fue intervenido por el mismo cirujano que le operó el tendón de Aquiles, el doctor Neal ElAttrache y por otro médico de confianza, Steven Lombardo, encargado de confirmarle el viernes pasado que debía pasar por quirófano. La operación fue sencilla, duró alrededor de una hora y se realizó mediante artroscopia, es decir, por medio de una incisión se introduce una cámara de fibra de carbono y se repara la zona afectada.
Se trata de la tercera lesión de Kobe en los últimos tres años. La primera se la produjo en abril de 2013, cuando se dañó el tendón de Aquiles de su pie izquierdo. Estuvo ocho meses alejado de las duelas y regresó en diciembre del mismo año. Después de jugar seis encuentros, volvió a caer lesionado, esta vez se fracturó la rodilla izquierda y estuvo otros seis meses sin poder realizar ejercicios. Pudo completar el campamento de pretemporada junto a sus compañeros esta temporada y después de participar en 35 juegos (un partido cada dos días en los primeros 55 días de competición), de jugar una media de 35.5 minutos por partido y siete citas en días consecutivos, el escolta comenzó a sentir dolores en varias zonas de su cuerpo.
El coach de los Lakers, Byron Scott decidió darle descanso en algunos encuentros y redujo su asistencia a las prácticas. A partir del 23 de diciembre, el entrenador comenzó el experimento de reducción de carga de trabajo. Desde entonces, Kobe jugó un total de ocho partidos sobre los 16 que disputó su equipo antes de que cayera lesionado ante los Pelicans de Nueva Orleans tras realizar una clavada. Tanto Scott como la Mamba Negra confesaron que las molestias en el hombro derecho recién operado comenzaron hace casi dos meses. Ambos hablaron del tema pero no le dieron importancia. Cuando Kobe se lesionó, el coach confesó que tuvo un sentimiento de culpabilidad por no haber atajado el problema antes y por haberle cargado tanto al inicio de la temporada.
Aunque se trata de la tercera lesión de envergadura en tres años, la palabra 'retirada' todavía no entra en el vocabulario de Kobe. El jugador confesó recientemente que se había planteado levemente esa posibilidad, pero, según fuentes cercanas, lo hizo como algo normal que se piensa después de 19 temporadas en la NBA y con 36 años de edad. Aún tiene contrato por un año más en la campaña 2014-15 (con un salario de 25 millones de dólares).