En la superficie de competencia, María de los Ángeles Ortiz ha derrotado en innumerables ocasiones a las lanzadoras más poderosas del deporte adaptado mundial, pero también fuera de ellas ha sostenido una batalla incansable contra el cáncer, padecimiento que desde hace 11 años atacó su organismo y al que se ha encargado de vencer todos los días.
Cada 4 de febrero, la doble medallista paralímpica se suma a las celebraciones del Día Internacional del Cáncer para promover la prevención y detección temprana que evite el alarmante aumento de la incidencia de esta enfermedad.
“Me diagnosticaron una metástasis secundaria, que era un carcinoma, se me comenzaron a hacer tumores en diferentes partes del cuerpo, principalmente detrás del cuello, por lo que me sometí a biopsias en diferentes laboratorios, lo que dio como resultado un cáncer agresivo, maligno y representado en estos tumores”
Asegura que al momento de escuchar la palabra “cáncer”, el miedo y la angustia por padecer este mal y morir en corto tiempo se apoderó de su mente y de su cuerpo.
“Te sientes devastada emocionalmente y psicológicamente, te pega bastante y comienzas a pensar en tu familia, en la gente que te rodea, te preguntas si podrás con esto y cuanto tiempo de vida te quedará, fue que me realicé estudios y los médicos no encontraban el tumor primario, el que originaba todo, pero me negué a hacérmelas porque no sabían el origen”.
Pero el deporte, el amor a la vida, la mentalidad, el apoyo familiar y la fe, sumada a un tratamiento alternativo que sigue, le han permitido prevalecer en la lucha contra este mal.
“Todo es cuestión de creer y poder, de ser tan fuertes como queremos serlo, sigo en la lucha y de pie cómo una guerrera, jamás me he vencido, soy una sobreviviente de este mal silencioso, agresivo y peligroso, sigo un tratamiento de medicina alternativa, libre de doping, que ayuda a regenerar las células y tus niveles de defensas suban tanto que las células malignas se reducen, siguen saliendo tumores, los siguen extirpando, pero ya en menores proporciones, ya no crecen tan rápido en mi organismo, antes crecían cada año y me tenían que realizar biopsias muy frecuentes para sacarlos de mi cuerpo, ahorita crecen cada tres o cuatro años”.
Muchas cosas al interior de su familia cambiaron, pero en el apoyo de sus padres Víctor Ángel Ortiz (qdep) y María del Socorro Hernández, además de su hermana Yaneth Ortiz Hernández encontró el escalón que le ayudó a impulsarse para superar también la discapacidad.
“Somos una familia muy unida, cada paso que damos lo consensamos, la familia es nuestro núcleo, el amor de familia es nuestra razón de ser, siempre está a mi lado, sin ellos no hubiera podido lograr absolutamente nada, a donde he llegado y he podido hacer es gracias a ellos, es la parte que te mueve, te motiva e impulsa a seguir adelante”.
De igual forma, la deportista de origen tabasqueño manifestó que ha sabido superar esta difícil prueba y demostrarse que para los seres humanos no existen límites.
“He recibido más de lo que alguna vez pensé, pensé que mi nombre pasaría a la historia pero jamás de esta manera tan trascendental, hay momentos en que te puedes olvidar que no padeces cáncer, pero la pierna hay ocasiones que si me hace falta, aun así tenemos que dar lo mejor y tratar de ser los mejores, en la vida no hay límites y esta prueba me tocó a mí, así que a demostrar que al igual que el accidente, puedo con esto”.
Por último, hizo un llamado a las personas que padecen este mal a que, sin importar las adversidades, tengan pasión por la vida muestren una actitud y mentalidad positiva.
“La mentalidad y actitud son importantes, si tienes una actitud positiva desde que te levantas hasta que te acuestas y una mentalidad fuerte, el tratamiento que ellos elijan seguramente dará resultado, pero si nos derrotamos sin intentarlo vamos a perder, deben tener pasión por la vida, aferrarse y amar lo que hacen”, concluyó.