De todo pasó en la doceava etapa del 103 Tour de Francia, donde el ganador fue el belga Thomas de Gendt y tras un choque, el liderato general cambió de dueño en minutos, pero luego volvió al británico Chris Froome.
La ronda gala vivió ayer uno de los episodios más extraños de su historia, en una jornada que donde el recorrido previsto de 184 kilómetros fue recortado a 178 debido a las tremendas ráfagas de viento.
De este modo, la meta se ubicó en el Chalet Reynard y no en la cima del Mont Ventoux.
Ya en ruta, más de una docena de corredores se despegó al kilómetro tres. El pelotón marchaba a un paso vertiginoso hasta que el australiano Simon Gerrans sufrió una delicada caída a 39 kilómetros de la meta y entonces el grupo optó por esperar su reincorporación.
Pero los mayores candidatos al título pronto sintieron la necesidad de atacar, lo intentó el colombiano Nairo Quintana, el español Alejandro Valverde, pero el campeón defensor, Chris Froome, fue quien partió con su ex compañero Richie Porte prendido a su rueda.
Después se les unió el holandés Bauke Mollema.
Adelante, De Gendt le ganó el sprint a su compatriota Serge Pauwels para adjudicarse la etapa en 4:31.51 horas, quien fue reconocido como el más combativo del día y se convirtió en líder de la montaña.
Atrás de los ganadores seguían los nervios por ver cuánto más incrementaba la ventaja de Froome.
Sin embargo, todo se derrumbó en un segundo para el jefe del Sky y Porte cuando éste último se impactó con una de las motos que transmiten en directo el evento, la cual se detuvo por el gentío en las rampas de ascenso.
Sólo Mollema salió bien parado del incidente, mientras al otro par los rebasaron, pues Porte sufrió un pinchazo y la bicicleta del británico quedó inservible.
El australiano del BMC se las ingenió para retomar la competencia, pero Froome se decantó por correr a pie colina arriba hasta recibir una bici neutral, misma a la que no se acomodó jamás.
Metros adelante, el coche de su escuadra le dio una bicicleta propia, con la cual cruzó la meta cabizbajo.
En ese momento, Froome era sexto de la clasificación y su coterráneo Adam Yates era líder, pero más de media hora después, la dirección del Tour neutralizó los registros al momento del accidente y fue así que el británico continuó vestido de amarillo.