Con música de mariachi, porras, pancartas y flores fueron recibidos hoy en México los deportistas que participación en los Juegos Olímpicos Río 2016, en especial los medallistas María del Rosario Espinoza, María Guadalupe González, Ismael Hernández y Germán Sánchez.
A su llegada la marchista María Guadalupe González reveló que vivió un momento en el que sintió desesperación, miedo y cansancio durante la prueba de caminata de 20 kilómetros, donde ganó medalla de plata en Río 2016.
"Esta medalla representa mucho trabajo. He trabajado mucho para estar en forma para la competencia", dijo la mexiquense.
Respecto a su futuro, comentó que "mis proyectos estaban hasta Río. Traigo una lesión en los lumbares y quiero checarme y si todo está en orden y la oportunidad de seguir, lo voy a intentar otra vez".
Por su parte, la taekwondoín María del Rosario Espinoza dijo que sigue sin asimilar que es ganadora de las medallas de oro, bronce y plata en sus tres participaciones olímpicas y desconoce, por ahora, respecto a su futuro rumbo a Tokio 2020.
“Estoy muy contenta y emocionada por esta medalla, es algo que busqué desde el inicio de mi carrera. Encontrar este sueño de tres Juegos Olímpicos con una medalla en cada uno de ellos, lo estoy viviendo y disfrutando”, expresó.
En tanto, Germán Sánchez compartió que cuando a los ocho años se inició en los clavados jamás supo de la existencia de las medallas olímpicas, lo hizo por gusto y diversión, y así compitió en los JO.
“Siempre me mantuve en mi estilo de competencia, de disfrutar y gozar lo que sé hacer. Cuando empecé a tirar clavados no sabía que existían medallas olímpicas y mundiales, sólo iba para disfrutar”, recordó.
Finalmente, el pentatleta Ismael Hernández expresó que una planeación milimétrica lo llevó a la conquista de la medalla de bronce en Río 2016 y reconoció que sigue siendo menos agraciado que otros en su deporte.
“Este recibimiento es muy especial y esperemos que siga el apoyo para el próximo ciclo”, dijo.
Comentó que “es una medalla, que la definen como sorpresiva, y la verdad que no lo veo como tal, es resultado de una planeación casi milimétrica por mi familia y todas las personas involucradas, a tal grado que existía la posibilidad de asistir a la ceremonia de inauguración y les dije que llegaría a siete días de mi competencia para adaptarme al clima, al horario y a todo”.