Como si lidiar con un láser verde apuntando a los ojos de Brock Osweiler y la altura de la Ciudad de México no hubiesen sido obstáculos suficientes, los Texans de Houston creen que fueron afectados por malas decisiones de los árbitros en una serie crucial del último parcial en su derrota ante los Raiders de Oakland.
Derek Carr lanzó su segundo pase de touchdown en el cuarto parcial poco después los Raiders lograron una cuestionable jugada defensiva en cuarto down para derrotar a los Texans por 27-20 el lunes por la noche, en el segundo partido de temporada regular en la capital mexicana.
"Fue una derrota muy dura", dijo el defensive end Jadeveon Clowney. "Debimos haber ganado el partido. Tratamos de ganar todos los partidos, y uno no debe depender de los árbitros".
La balanza se inclinó a mediados del cuarto parcial y por cuestión de centímetros. En una jugada de tercera y dos, desde la yarda 16 de Oakland, Lamar Miller corrió con el balón y parecía haber conseguido el primer down, antes de ser tacleado por Malcolm Smith. Pero los árbitros colocaron el balón detrás de la raya del primer down, y el entrenador Bill O'Brien decidió no apelar.
O'Brien se arriesgó en cuarto down y centímetros, en vez de patear un gol de campo que les hubiese dado la ventaja. Akeem Hunt corrió por el medio y los Texans creyeron que había conseguido el primer down, pero los árbitros determinaron que se quedó corto por un pelo. O'Brien apeló esa jugada, pero no había un ángulo claro y se confirmó el fallo original.
"Creí que necesitábamos un touchdown, y obviamente era así", dijo O'Brien. "Así que lo intentamos. Pensé que lo teníamos, parecía claro que lo habíamos logrado (el primer down), así que apelamos y ellos dijeron que no".
Cinco jugadas después, Carr lanzó un pase de touchdown de 35 yardas a Amari Cooper y los Raiders se colocaron en ventaja de 27-20.
Los Texans también se quejaron por un láser verde apuntado a los ojos de Osweiler desde las gradas del estadio Azteca.
"No quiero decir que una sola cosa cambió todo, pero sin duda que afecta cómo juegas cuando te apuntan un láser a los ojos", dijo Osweiler.
Los fanáticos en México suelen utilizar lásers para distraer a los oponentes en partidos por las eliminatorias mundialistas, pero la situación sorprendió a los jugadores de fútbol americano.
"Fue algo raro", comentó el defensor de los Raiders, Khalil Mack. "Lo vi y me pareció que estaba en la zona desconocida".
Aunque la cancha estaba un poco resbalosa y la altura de la ciudad fue un factor, el primer partido en Ciudad de México desde 2005 fue todo un éxito.
Los 76.743 espectadores en su mayoría apoyaron a los Raiders, con mucha gente vestida con los colores negro y plateado del equipo.
"La Nación Raider vino esta noche", dijo el entrenador Jack Del Rio. "Quiero agradecer a todos los fanáticos que vinieron. Fue un gran ambiente para jugar".