Ciudad de México.-Tepito fue semillero de ídolos deportivos, principalmente boxeadores que salían de las intrincadas vecindades del barrio para ser adorados por la gente, que los consideraba uno de los suyos. También futbolistas.
Y comerciantes, sonideros, artesanos, vecinos que han dado vida a una comunidad reducida al estereotipo y el estigma, porque a Tepito le enseñaron a vivir también con una larga estela de mala fama.
El Deportivo Tepito, que cuenta con el gimnasio de boxeo José Huitlacoche Medel y el estadio de futbol Maracaná, más allá de espacio de esparcimiento, también cumple una función integradora en la vida de esta comunidad.
Enclavado en un laberinto de puestos de fierro y lonas multicolores, con el templo de San Francisco de Asís de fondo, el deportivo convoca diariamente a jóvenes del barrio para entrenar futbol y boxeo. Durante años, cuentan los vecinos, estuvo en abandono y corrió el riesgo de convertirse en plaza comercial.
Pero este martes, cuando cumple 49 años de que se consolidó como centro deportivo barrial, fue reinagurado el gimnasio de boxeo por el director de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte, Alfredo Castillo, y el jefe delegacional en Cuauhtémoc, Ricardo Monreal, acompañados de viejas glorias del pugilismo y el futbol.
Esto es parte de la recuperación de espacios emblemáticos para el deporte, y Tepito es prioritario, porque hacía años no se invertía aquí, dijo Castillo. De aquí han salido grandes campeones de futbol, boxeo y luchas, ver esta cancha del Maracaná en buen estado es emocionante.
Castillo precisó que esta recuperación forma parte de un programa para rehabilitar espacios deportivos emblemáticos en el país. Para el proyecto cuenta con un presupuesto de 40 millones de pesos y a finales de 2017 deben sumar 10 unidades deportivas restauradas.
Al margen de las declaraciones institucionales, un habitante y estudioso del barrio observa con interés la recuperación de este espacio clave en la construcción de la vida social y la identidad del barrio. Alfonso Hernández, hojalatero social, cronista y director del Centro de Estudios Tepiteños, cree que el impacto en la comunidad puede ser poderoso.
Tepito fue semillero de campeones, de boxeadores y de futbolistas durante décadas, explica Hernández. “Los habitantes veían en esos roles un modelo de ascenso social; pero con la llegada de la fayuca (venta de productos importados ilegalmente) en los años 70 surgió otro modelo masivo que desplazó al deporte y, además, creció la delincuencia. Creo que recuperar espacios como el Deportivo Tepito puede devolver las figuras del boxeador y el futbolista como modelos para los jóvenes”.
No sólo para que surjan campeones tepiteños –continúa Hernández–, sino porque mediante el deporte se incorporan reglas de convivencia. Por ejemplo, en estas canchas, hoy de un verde esplendoroso, surgió el equipo Las Gardenias, integrado por travestis y transexuales de la comunidad para fomentar la igualdad y luchar contra la discriminación.