Familiares directos, amigos y seguidores de Michael Schumacher acompañan hoy en su 45 cumpleaños al siete veces campeón de Fórmula Uno, que sigue en coma inducido y en estado crítico pero estable en un hospital de Grenoble, en el este de Francia.
Alrededor de doscientos aficionados se han acercado por ahora hasta las proximidades del hospital, donde han comenzado a desplegar banderas rojas de Ferrari, escudería con la que "Schumi" logró cinco de sus siente títulos mundiales, entre 2000 y 2004.
"Es una persona excepcional, un campeón que se ha quedado anclado en mi corazón. Y lo seguirá estando. Es el mejor para mí", declaró a "BFM TV" Giulio Ciceri, un aficionado a la Fórmula Uno que llegó a conocer personalmente a Schumacher.
Los seguidores del expiloto alemán planean también entregar a la portavoz de Schumacher, Sabine Kehm, una placa conmemorativa, cuando se cumplen seis días del grave accidente de esquí que sufrió en la estación francesa de Méribel, en los Alpes franceses.
Junto al heptacampeón, que desde su ingreso en el hospital ha sido sometido a dos neurocirugías, están su padre, Rolf, su esposa, Corinna, sus dos hijos, Gina Maria, de 16 años, y Mick, de 14, y su hermano, el también expiloto Ralf Schumacher.
También sigue en el hospital el médico deportivo francés Gérard Saillant y el presidente de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) y jefe de Ferrari cuando Michael Schumacher corría para esa escudería, Jean Todt.
Desde el pasado martes no hay parte médico oficial sobre Schumacher y los médicos insisten en que solo informarán si hay novedades.
Mientras tanto, la fiscalía de Albertville, en los Alpes franceses, investiga las causas del accidente.
En una primera versión facilitada por la estación de esquí el pasado domingo atribuía la caída a la gran velocidad de Schumacher cuando esquiaba fuera de pista con su hijo, de 14 años.
Sin embargo, su portavoz precisó después que había más gente esquiando con Shumacher, que no bajaba a gran velocidad y estaba fuera de la pista para ayudar a la hija de un amigo, que se había caído antes que él.
No obstante, al golpearse la cabeza contra una roca, el expiloto partió en dos el casco que, según los médicos, le salvó la vida.