Manama. Todos los focos del Gran Premio de Bahréin estarán el domingo sobre los pilotos de Mercedes Nico Rosberg y Lewis Hamilton, cuando la capital del reino añada otro giro novelesco a una Fórmula Uno totalmente diferente.
La dupla ocupa los dos primeros lugares en la clasificación después de una victoria cada uno en las primeras carreras de la nueva era -con motores V6 turbo menos ruidosos, que ahorran combustible y son menos fiables- que empezó en Melbourne el mes pasado.
Ninguno de los pilotos ha ganado en el circuito de Sakhir pero son claros favoritos para pelear por el puesto más alto del podio tras conseguir el "uno-dos" para la escudería alemana en Malasia la semana pasada.
Lo que habitualmente habría sido un caluroso enfrentamiento bajo el sol de la tarde, con temperaturas que llegan a los 45ºC, será finalmente una jornada más fresca después de que la carrera cambiase al formato de noche por primera vez.
El Circuito Internacional de Bahréin, que celebra su décimo aniversario y que tuvo que cancelar la carrera de 2011 debido a los sangrientos disturbios civiles, ha seguido al de Abu Dabi al convertirse en un acontecimiento nocturno.
Se han instalado cerca de 500 kilómetros de cableado para alimentar las 5.000 luces que se necesitan para el acontecimiento más importante de Bahréin.
Rosberg, que disputará su carrera 150, lidera el Campeonato de Pilotos con 18 puntos de ventaja sobre Hamilton, pero el británico persigue su tercera pole consecutiva y puede asestar un duro golpe psicológico si consigue una segunda victoria.
"Nunca he conseguido lograr la victoria (en Bahréin). Hasta la semana pasada me sucedía lo mismo en Malasia, así que cruzo los dedos para que este año sea el de romper este tipo de ciclos", dijo el campeón de 2008.
"Sabemos que va a ser duro mantener nuestro nivel actual, sobretodo en un circuito en el que cada equipo ha tenido mucho tiempo de pruebas en el invierno, pero me esforzaré al máximo para que los resultados sigan llegando", añadió el británico.