La presidenta y favorita a la reelección, la presidenta Dilma Rousseff, votó ayer en el colegio electoral Santos Dumont de la ciudad de Porto Alegre, en el sur del país, a las 08:43 horas locales (10:43 GMT).
Vestida de rojo y sin dar declaraciones a la prensa, Rousseff, que lidera ligeramente todas las encuestas para ganar las elecciones presidenciales de este domingo y revalidar por cuatro años su mandato, votó y posó para los periodistas.
Visiblemente relajada, tras tres meses de dura campaña en la que ha ido de menos a más en las encuestas, la candidata del Partido de los Trabajadores (PT), que gobierna desde 2003 en el país, posó incluso tomando mate antes y después de votar a través de la urna electrónica.
Rousseff, que asumió el cargo el 1 de enero de 2011, es la favorita para ganar los comicios de este domingo, según las últimas encuestas publicadas la víspera, que le atribuyen el 52% del apoyo popular contra el 48% al socialdemócrata Aécio Neves.
Consciente de que, tras 12 años de gobierno del PT, el 75% de los brasileños exige cambios en la forma de conducir al país, Rousseff planteó “más cambios” en la campaña para su segundo mandato, pero sin perder la línea social.
La presidenta aboga por extender los programas de vivienda social –más de tres millones construidas o contratadas desde su llegada- y la continuación de la bolsa familia, una política de distribución de pensiones alimenticias básicas que llega, según datos oficiales, a más de 50 millones de brasileños de renta baja.