Austin con fines médicos y de investigación.
Entre los cerebros desaparecidos está el de Charles Whitman, el estudiante y ex marino que en 1966 asesinó a 14 personas desde la emblemática torre de la UT, la mayor masacre registrada en un campus universitario estadounidense hasta la de 2007, en Virginia Tech.
"Creemos que alguien se ha llevado los cerebros, pero no estamos seguros", explicó al diario “Austin American Statesman” el profesor de Psicología Tim Schallert, uno de los curadores de la colección.
Su colega Lawrence Cormack, el otro curador, afirmó que "es muy posible que se corriera la voz entre los estudiantes y los empezaran a birlar para travesuras de Halloween".
Según explicó Schallert, en el laboratorio en el que están ubicados los cerebros tan sólo hay espacio para un centenar, por lo que el resto estaban guardados en un sótano.
"Ya no están en el sótano", agregó Cormack.
La universidad, por su parte, emitió un comunicado en el que subraya su "compromiso" con el cuidado de la colección y promete una investigación para aclarar el suceso.