La decisión se produce ante una pregunta de un tribunal danés, que se encontraba revisando una demanda por despido injustificado planteada por Karsten Kaltoft, un cuidador de niños, contra las autoridades locales danesas.
Kaltoft, que nunca pesó menos de 160 kilos durante los 15 años que estuvo empleado, argumentó que su obesidad era una de las razones por las que perdió su empleo y que eso suponía discriminación, algo que las autoridades rechazaron.
El tribunal fue consultado sobre si la legislación de la UE prohíbe la discriminación en términos de obesidad y si la obesidad puede considerarse una discapacidad.
El tribunal con sede en Luxemburgo dijo que la ley de empleo del bloque no prohibía específicamente la discriminación por obesidad, y que la legislación no debería ampliarse para cubrir este aspecto.
Sin embargo, el tribunal dijo que si la obesidad de un empleado impedía la "participación efectiva y plena de la persona en la vida profesional en una base de igualdad con otros trabajadores", entonces debería considerarse una discapacidad. Esto lo cubre la ley antidiscriminación.
Según las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, basadas en estimaciones de 2008, aproximadamente un 23% de las mujeres europeas y un 20% de los varones son obesos.