Otras 16 jóvenes fueron traídas desde Veracruz, México, bajo falsas promesas de empleo y obligadas a prostituirse en varias ciudades de Florida por la familia Cadena, en uno de los casos “más brutales” de esclavitud sexual que han registrado las autoridades locales.
Rosenblat escribió el libro “Stolen” (Robada), como sobreviviente de tráfico humano y violencia doméstica, para documentar su odisea de cómo fue vendida y violada múltiples veces y desarrolló una adicción a la cocaína que la hizo dependiente de sus “chulos” o captores.
Las historias de “abusos, amenazas y violaciones sexuales” de las 16 mujeres mexicanas que fueron rescatadas de la familia Cadena hace más de una década sirvieron para encarcelar a sus captores y dan detalle del abuso extremo que sufrieron las víctimas.
Ambos casos que hicieron grandes titulares, están bien documentados en los archivos de los tribunales de justicia del sur de Florida y son apenas un ejemplo de la forma en que opera el tráfico humano en la entidad, según especialistas.
“Es uno de los problemas sociales más grandes y en Florida encabezamos los lugares de tráfico humano no sólo en Estados Unidos, sino a nivel mundial”, dijo María Mercedes Becerra, directora de la organización no gubernamental (ONG) contra la violencia doméstica, Entre Nosotras.
“En Miami-Dade están reclutando niños y niñas desde los 13 años”, apuntó la psicóloga y exdiplomática colombiana quien trabaja desde 2002 en la organización.
De acuerdo con el capítulo de Florida de la Organización Nacional para la Mujer, cerca de 20 mil personas son traficadas cada año en Estados Unidos y este estado se encuentra en el tercer lugar como destino final sólo detrás de Nueva York y California.
El contrabando humano entra a través del Aeropuerto Internacional de Miami, pero también por la frontera sur y las víctimas luego son llevadas a grandes ciudades, destinos turísticos y cerca de bases militares, según la organización.
Se estima que el tráfico humano es la industria más lucrativa después del narcotráfico y genera ganancias anuales estimadas de 9.5 billones de dólares en el mundo, de acuerdo con datos del Buró Federal de Investigaciones (FBI).
Se calcula que un 80 por ciento de las víctimas son mujeres y más de la mitad menores de edad, las cuales son explotadas sexualmente.
En el caso de Florida, unos 385 menores de edad se convierten en víctimas del tráfico sexual cada mes, según un estudio del Fondo de Mujeres del condado Miami-Dade.
En uno de los casos más notorios Vilbert Jean, Marlene San Vincente y DeWayne Ward fueron arrestados el año pasado por forzar a una menor de 13 años a prostituirse en el Club Madonna de Miami Beach.
A finales de noviembre pasado, caúsó revuelo el caso de una menor de 17 años de Sarasota quien organizó, junto a otro adolescente, una red para prostituir a jovencitas de secundaria pactando los encuentros a través de las redes sociales con un costo de entre 50 y 100 dólares.
Apenas la semana pasada el cantante boricua Yamil Gorritz, quien fue novio de la cantante Noelia, se entregó a las autoridades de Miami por una supuesta vinculación a una red de prostitución y tráfico humano.
En Florida han endurecido las leyes para este tipo de delitos y la fiscal estatal en Miami, Catherine Fernández Rundle, ha dicho que desde 2011 los tribunales de Florida han juzgado 250 casos de tráfico humano para explotación sexual y la mayoría de las víctimas tiene entre 13 y 18 años.