estado judío.
Las acciones militares israelíes no buscaron "causar daño intencionado" a civiles, según una investigación interna que se presenta antes de que se hagan públicas las conclusiones del Consejo de Derechos Humanos (CDH) de Naciones Unidas, posiblemente esta semana. Israel no ha aceptado colaborar con los investigadores de la ONU, al igual que ocurrió tras el conflicto registrado entre 2008 y 2009 en la Franja, en el que las Fuerzas Armadas israelíes fueron finalmente acusadas de crímenes de guerra por ese consejo.
El informe del ente de la ONU podría ser utilizado como pilar para cualquier acción judicial a nivel internacional de los palestinos, en particular ante el Tribunal Penal Internacional.
"Leer el informe de la ONU sobre el conflicto de Gaza es una pérdida de tiempo: sus conclusiones fueron escritas antes de que comenzaran las verificaciones", afirmó el premier de Israel, Benjamin Netanyahu.
"Israel no cometió crímenes de guerra", enfatizó al encabezar una reunión de gabinete en Jerusalén.
Netanyahu aseveró que el informe de Israel sirve para confirmar que la actuación del Ejército israelí fue "acorde con el Derecho Internacional". "Presenta la verdad de los hechos del Ejército y que se hicieron de acuerdo con el Derecho Internacional", sostuvo el premier.
Este informe hebreo interministerial analiza la Operación Margen Protector, que en agosto del año pasado costó la vida a casi 2.200 palestinos, la mayoría civiles, y 67 militares y seis civiles israelíes. El informe completo será publicado mañana por el ministerio de Asuntos Exteriores tras meses de trabajo.
"El daño a la población civil se produjo como consecuencia de los desafortunados -aunque legales- efectos colaterales de una acción militar legítima llevada a cabo en las inmediaciones de zonas civiles, y como resultado de decisiones de unos mandos que no son infalibles, de unos servicios de inteligencia que no son perfectos y de sistemas tecnológicos que a veces fallan", precisa el documento judío.