como un intento por destruir la economía.
Nadie se atribuyó de inmediato la autoría del atentado en el santuario de Erawan, en una importante intersección de Bangkok.
Las fuerzas tailandesas están combatiendo una insurgencia musulmana de bajo nivel en el sur del país, predominantemente budista, aunque estos rebeldes rara vez han lanzado ataques fuera del feudo en que vive su etnia malaya.
“Los responsables intentaban destruir la economía y el turismo, porque el incidente ocurrió en el corazón del distrito turístico”, dijo el ministro de Defensa, Prawit Wongsuwan, a Reuters.
Varios medios locales dijeron antes que hubo 27 muertos, pero el jefe de la policía nacional, Somyot Poompanmuang, dijo a los periodistas que el número de fallecidos asciende a 16, en un ataque que aseguró que no tiene precedentes en Tailandia.
“Fue una bomba casera”, dijo Somyot. “Fue colocada en el interior del santuario de Erawan”.
El santuario de Erawan, ubicado en una esquina muy transitada cerca de los mejores hoteles, centros comerciales, oficinas y un hospital, es una importante atracción turística, especialmente para los visitantes de Asia Oriental, incluida China. Muchos tailandeses rezan también allí.
El gobierno anunció la creación de una “sala de guerra” para coordinar la respuesta al atentado, informó el canal de televisión Nation citando al primer ministro, Prayuth Chan-ocha.
Entre los muertos hay dos personas de China y una de Filipinas, dijo un oficial de policía. Una agencia de rescate informó que hay 81 heridos. Los medios reportaron que la mayoría son de China y Taiwán.
“Era como un mercado de carne”, comentó Marko Cunningham, un paramédico neozelandés que trabaja en un servicio de ambulancias de Bangkok. Agregó que la explosión provocó un cráter de dos metros de ancho.
“Había cuerpos por todas partes. Algunos estaban despedazados. Había piernas donde se suponen que debían estar las cabezas. Fue horrible”, dijo Cunningham, añadiendo que resultaron heridas personas a muchos metros de distancia.
En el lugar de la explosión, las autoridades ordenaron a las personas que se alejaran.
“Ahora estamos buscando otras dos o tres bombas, porque encontramos un objeto sospechoso”, dijo el jefe de la policía nacional, Prawut Thawornsiri, a Reuters.
“Podría haber otra explosión, así que hemos bloqueado el escenario del crimen y estamos pidiendo a los transeúntes que se alejen”, agregó.
Las autoridades aumentaron los registros de seguridad en algunas de las principales intersecciones y en zonas turísticas.
Aunque las sospechas iniciales podrían recaer sobre los separatistas musulmanes del sur, Tailandia lleva una década de intensas y, a veces, violentas luchas por el poder entre facciones políticas en Bangkok.
Pequeñas explosiones ocasionales han sido atribuidas a una u otra parte. Dos artefactos caseros estallaron dentro de un centro comercial de lujo en la misma zona en febrero, causando pocos daños.
La policía dijo que el ataque pretende aumentar la tensión en un momento en que la ciudad está bajo la ley marcial.
El Ejército gobierna Tailandia desde mayo de 2014, cuando derrocó a un gobierno electo después de meses de protestas antigubernamentales marcadas en ocasiones por la violencia.