Por lo menos 20 cadáveres en descomposición de migrantes apilados en un camión estacionado al borde de una autopista en Austria fueron descubiertos el jueves por la policía.
El jefe de esa fuerza, Hans Peter Doskozil, informó que el vehículo tenía placas húngaras. El estado de descomposición de los cuerpos dificultaba precisar la identidad y el número exacto de migrantes, pero podría haber hasta 50.
Doskozil dijo que el camión, estacionado junto a la carretera principal entre Budapest y Viena, aparentemente fue abandonado el miércoles con la puerta trasera abierta para que se vieran los cadáveres.
La policía exhortó a la prensa reunida en la escena, como a 40 kilómetros (25 millas) al sureste de la capital austríaca, a alejarse del vehículo, un camión blanco refrigerado con imágenes de alimentos en él.
La ministra del Interior Johanna Mikl-Leitner declaró: "Los traficantes de humanos son criminales". Y manifestó que "aquellos que todavía piensan que son amables ayudantes de refugiados están más allá de toda redención".
El macabro descubrimiento se produjo en momentos en que Austria es sede de una reunión cumbre en Viena para tratar la crisis de los refugiados en las naciones balcánicas occidentales, que se han visto abrumadas este año por decenas de miles de migrantes que tratan de entrar en Europa atravesando sus territorios.
El camión fue abandonado al parecer el miércoles. Tiene placas húngaras pero las inscripciones en los costados y la parte trasera están en eslovaco. El estado de los cadáveres sugiere que los migrantes podrían haber muerto hace varios días.
El canciller federal austríaco, Werner Faymann, afirmó que la tragedia pone de manifiesto la importancia de que todas las naciones colaboren en busca de soluciones para el flujo de migrantes.
"Los refugiados perdieron las vidas que habían tratado de salvar escapando, pero las perdieron a manos de los traficantes", indicó a la prensa.
La canciller alemana, Angela Merkel, que participa en la cumbre, se manifestó conmovida "por la terrible noticia de que hasta 50 personas perdieron la vida en busca de mayor seguridad". "Esto nos recuerda que nosotros, en Europa, debemos atacar el problema rápidamente y hallar soluciones en un espíritu de la solidaridad", concluyó.
El camión aparentemente pertenecía a la empresa eslovaca Hyza para transporte de carne de pollo, parte del consorcio Agrofert, propiedad del ministro de finanzas checo, Andrej Babis. El consorcio Agrofert señaló en una declaración que vendió el camión en 2014. Los nuevos propietarios no retiraron los logos según se requiere, amplió la compañía.
El gobierno húngaro informó que las placas del camión estaban registradas a nombre de un ciudadano rumano en la ciudad de Kecskemet.