El juez Miguel Angel Gálvez imputó a Pérez Molina por los cargos de asociación para delinquir, cohecho pasivo y defraudación aduanera y dio tres meses de plazo para que la Fiscalía y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) terminen sus investigaciones.
El juez fijó la próxima audiencia para el 21 de diciembre, cuando la defensa tendrá la última oportunidad de abortar el proceso judicial contra el ex mandatario si demuestra que la evidencia no es suficiente.
"La resolución no prejuzga culpabilidad o inocencia, sólo muestra que existen indicios razonables (...) no valora los medios de investigación, ni la evidencia", enfatizó el magistrado, tras una detallada exposición de motivos.
Adicionalmente, Gálvez explicó que la prisión preventiva responde al riesgo de que Pérez Molina pueda obstruir la investigación, manipular pruebas o influenciar a posibles testigos.
Vestido con un traje oscuro y muy serio durante las cuatro horas de audiencia, Pérez Molina se vio inquieto en su silla mientras jugueteaba con un bolígrafo en la mano cuando el juez anunció su decisión.
"Me siento muy frustrado", dijo el ex mandatario a periodistas tras conocer el dictamen.
"Lo que vemos es el temor que le tienen a la CICIG. Realmente, los que están llevando aquí las cosas no es el Ministerio Público, no es la Fiscal General, (...) es la CICIG", agregó, acusando al ente respaldado por Naciones Unidas de responder a "intereses internacionales".
El militar retirado de 64 años es acusado de ser el presunto jefe de una poderosa mafia que estafaba millones de dólares al fisco en las aduanas del país, un caso por el que también esperan juicio la ex vicepresidenta Roxana Baldetti y otros funcionarios de alto rango.
Pérez Molina, quien ganó las elecciones del 2011 bajo la promesa de que aplicaría mano dura contra el crimen, fue trasladado a la prisión que está en el cuartel militar de Matamoros, en la capital guatemalteca, a la espera de juicio. Ya cumplía prisión provisional desde la semana pasada.
Mientras tanto, el país aún aguarda el resultado definitivo de los comicios presidenciales del domingo, en los que el actor cómico Jimmy Morales se impuso tras capitalizar el hastío contra los políticos tradicionales, pero no logró la mayoría absoluta para evitar el balotaje el 25 de octubre.
La ex primera dama de izquierda Sandra Torres y el empresario conservador Manuel Baldizón, separados por unos miles de votos, todavía esperaban el martes los resultados definitivos, que podrían demorar algunos días más mientras se resuelven las impugnaciones.