del Estado Islámico estaba escondido, justo al norte de la capital francesa, y con la posibilidad de estar tramando una nueva ola de violencia.
Más de 100 agentes y soldados irrumpieron en un edificio de apartamentos en Saint-Denis, un suburbio en donde habitan muchos inmigrantes. El operativo de siete horas dejó al menos dos muertos, dijeron las autoridades. Entre los muertos estaba Abdelhamid Abaaoud, el sospechoso principal de los ataques del pasado viernes en París, de acuerdo con los dos altos funcionarios europeos. Abaaoud, un extremista belga, alguna vez se había jactado de que podía deslizarse fácilmente en Europa y fortalecer al Estado Islámico en Siria.
Más tarde, el fiscal François Molins dijo en declaraciones que no podía proporcionar la identidad de las personas que murieron en el lugar. Un funcionario de seguridad francesa se negó a confirmar o negar que Abaaoud había muerto. Funcionarios estadounidenses dijeron que estaban a la espera de la confirmación de la identidad de los muertos.
Los dos funcionarios europeos de diferentes países, que han seguido el caso de cerca, dijeron que habían recibido la información sobre la muerte de Abaaoud de las autoridades francesas.
No estaba inmediatamente claro cómo murió Abaaoud —ya sea en los disparos de la policía, por su propia mano o en un atentado suicida provocado por una mujer en el apartamento.
Molins dijo que un teléfono celular ayudó a identificar las casas de seguridad utilizadas por los atacantes para planear los ataques coordinados del viernes, que mataron a 129 personas e hirieron a más de 350 en una serie de ataques en un estadio, una sala de conciertos y restaurantes de París.
Los partidarios del Estado Islámico se han comprometido a infligir ataques repetidos en Occidente, incluso en Europa.
Siete hombres y una mujer fueron arrestados el miércoles en Saint-Denis, dijo Molins.
Cinco días después de la peor violencia en suelo francés desde la Segunda Guerra Mundial, las naciones europeas se mantuvieron en vilo, mejorando la vigilancia contra posibles ataques por parte de militantes islamistas que han prometido realizar asesinatos como lo hacen en Irak y Siria.
El presidente François Hollande, tratando de tranquilizar a los ciudadanos franceses enervados por el derramamiento de sangre en las calles de París, dijo que los ataques no alterarían el estilo de vida francés.
“Estamos en guerra contra el terrorismo; el terrorismo nos declaró la guerra a nosotros”, dijo Hollande. “Es (el Estado Islámico) un organización yihadista. Tiene un ejército. Tiene recursos financieros. Tiene petróleo. Tiene un territorio. Tiene aliados en Europa, incluso en nuestro país”, continuó.
Molins comentó que unidades de policía, incluidos francotiradores, lanzaron granadas y dispararon 5,000 rondas en un tiroteo de una hora de duración que comenzó antes del amanecer del miércoles. Entre los muertos se encuentra una mujer que se cree se inmoló con un chaleco explosivo, si bien Molins dijo que “en este momento necesita ser verificado por un análisis del cuerpo de los restos humanos”.
Cinco policías fueron heridos y un perro del equipo SWAT resultó muerto en el intenso tiroteo, durante el cual colapsó el tercer piso del edificio de departamentos. Los residentes se doblegaron de miedo.
El jefe de una de las unidades de las fuerzas especiales que tomó parte de la redada, Jean-Michel Fauverge, dijo que la policía utilizó drones y robots equipados con cámaras en un intento por ver qué estaba pasando adentro durante el enfrentamiento, pero había demasiado escombro.