responsable local.
"El balance subió a 56 muertos. Las operaciones de rescate continúan", declaró Muhamad Usman, un alto responsable administrativo de la ciudad de Lahore, agregando que los militares se desplegaron en el lugar.
"Hemos necesitado la ayuda del Ejército. Los militares llegaron al lugar y ayudan en las tareas de rescate y de seguridad", explicó.
Según este alto responsable, mujeres y niños figuran entre las víctimas y el balance podría subir, puesto que hay varios heridos "en estado crítico".
Un balance anterior daba la cifra de 25 muertos.
"Al parecer se trata de un atentado suicida (...) El parque estaba lleno este domingo", declaró a la AFP Haider Ashraf, oficial de policía. Agregó que se habían encontrado rodamientos en la plaza.
La deflagración se produjo en un aparcamiento cerca del parque Gulshan-e-Iqbal, próximo al centro de la ciudad, donde la comunidad cristiana celebraba este domingo de Pascua.
Para auxiliar a los heridos "hemos necesitado la ayuda del ejército. Los militares llegaron al lugar y ayudan en las tareas de rescate y seguridad", explicó por su lado Muhamad Usman.
Según este alto responsable, mujeres y niños figuran entre las víctimas y el balance podría subir, puesto que hay varios heridos "en estado crítico". La deflagración se produjo en un aparcamiento cerca del parque Gulshan-e-Iqbal, próximo al centro de la ciudad, donde la comunidad cristiana celebraba el domingo de Pascua.
"Condeno con firmeza el atentado de Lahore en el que nuestros ciudadanos inocentes, entre ellos mujeres y niños, perdieron la vida", declaró en tweeter el jefe de la oposición Imran Khan.
Un médico, el doctor Ashraf, describió escenas de horror en el hospital Jinnah donde trabaja.
"Hasta ahora hemos recibido más de 40 cuerpos y más de 200 heridos. La mayoría se encuentran en estado crítico. Temo que el balance se agravará", agregó.
"Los atendemos en el suelo y en los corredores, y siguen llegando", agregó.
El parque Gulshan-e-Iqbal, muy popular entre la población, estaba especialmente lleno el domingo de primavera cuando la comunidad cristiana celebraba el domingo de Pascua en Lahore, ciudad de 8 millones de habitantes.
Javed Ali, residente de Lahore, de 35 años, cuya casa está situada frente a la entrada al parque, dijo a la AFP que escuchó "una enorme explosión (que) hizo estallar las ventanas". "Todo temblaba, la gente gritaba y había polvo por todas partes".
En Pakistán, grupos islamistas armados tenían como objetivo a la minoría cristiana que representa cerca del 2% de la población de este país mayoritariamente musulmán sunita de 200 millones de habitantes.
En los últimos años, varias iglesias fueron objetivo de ataques en Lahore, bastión del Primer ministro Nawaz Sharif, en la provincia de Penyab.
Algunos cristianos también fueron acusados de haber ofendido al islam, crimen al que se aplica la pena de muerte en Pakistán, según la controvertida ley sobre la blasfemia.
Más temprano se registraron enfrentamientos en la capital Islamabad y en la ciudad de Rawalpindi. Unos 25 mil partidarios de un islamista ahorcado el mes pasado, Mumtaz Qadri, desfilaron violentamente, con piedras, pese a la intervención de policías que lanzaron gases lacrimógenos. El ejército fue desplegado en la capital para "controlar" la situación y garantizar la seguridad de la zona alrededor del Parlamento, donde los manifestantes se congregaron en la noche, dijo por twitter un portavoz del ejército. La ejecución el 29 de febrero de Mumtaz Qadri, policía que mató en 2011 al gobernador Salman Taseer, fue percibido como un momento clave en la lucha contra el extremismo religioso, pero esta ejecución molestó a muchas corrientes islámicas, que se manifestaron masivamente en el sepelio de Mumtaz Qadri.