En declaraciones a la agencia turca de noticias Anadolu, Sahin agregó que la cifra de heridos llegó a 60, mientras la policía, los bomberos y equipos médicos de emergencia continuaban su trabajo en el lugar que fue apoderado por el pánico.
La terminal aérea permanece cerrada desde le momento del atentado, cuyo saldo preliminar había sido fijado por el Ministerio de Salud en 10 muertos y 23 heridos. El ataque ocurrió la noche del martes en la zona de vuelos internacionales de la terminal aérea de Ataturk.
El ministro turco de Justicia, Bekir Bozdag, precisó que un atacante armado con un rifle automático AK-47 abrió fuego de manera indiscriminada contra las personas en el área y posteriormente hizo detonar los explosivos que traía consigo.
Oficiales turcos declararon por separado al periódico local Daily Sabah que las fuerzas de seguridad dispararon contra otro sospechoso en la entrada de la terminal en un esfuerzo por neutralizarlo, pero también se inmoló.
"Fue muy fuerte, todo el mundo entró en pánico y comenzó a correr por todas partes", dijo uno de los testigos a las cámaras de CNN-Türk. Por su parte las cadenas de televisión locales privilegiaron la tesis de un atentado suicida.
Turquía ha sido blanco de varios atentados desde el año pasado, atribuidos a los rebeldes kurdos y al grupo yihadista Estado Islámico (EI).
La policía y los equipos médicos estuvieron en la escena y el acceso hacia y desde el aeropuerto fue bloqueado para que pudieran cumplir con sus tareas, de acuerdo con despachos de la agencia local de noticias Anadolu.
El primer ministro turco, Binali Yildirim, fue informado de los hechos por el ministro del Interior, Efkan Ala, y por el gobernador de Estambul, Vasip Sahin; y ordenó la formación de una mesa de crisis para enfrentar la situación.