En sesión del Consejo de Seguridad, el coordinador de la ONU para asistencia humanitaria, Stephen O'Brien, reiteró su llamado para que las partes en conflicto hagan una pausa para permitir la reparación del abasto de agua y de la electricidad para el bombeo del líquido.
“Los ataques de esta semana han dañado severamente la infraestructura eléctrica y de agua de la ciudad, lo que dejó a más de dos millones de residentes sin electricidad o sin acceso a la red de agua pública”, afirmó O'Brien.
Destacó que la ONU está “gravemente preocupada” por la seguridad y la salud de los civiles de Alepo, que hasta antes de la guerra civil en Siria era la ciudad más poblada del país y que ahora se encuentra bajo una ofensiva del gobierno, apoyada por Rusia, para recuperar su control.
El funcionario advirtió que el agua disponible mediante pozos y tanques de almacenamiento “no es ni remotamente suficiente para sostener las necesidades de la población”, por lo que llamó a una pausa en la violencia que permita su reparación.