La Cámara de Representantes votará este jueves un texto que, de ser aprobado, derogará y reemplazará la reforma sanitaria aprobada durante el mandato de Barack Obama, conocida como "Obamacare", una promesa de campaña del presidente estadounidense.
"Nadie conoce la respuesta", afirmó el presidente de la Cámara y autor de la reforma, Paul Ryan, preguntado por pronósticos de la votación.
"Vamos ganando votos y estamos cerca, muy cerca", aseguró en declaraciones a Fox News.
Pero el ala derecha del Partido Republicano estima que el proyecto de ley sigue siendo demasiado costoso para el Estado federal, mientras que los más moderados están preocupados por el aumento previsto del valor de los seguros de enfermedad para ciertos sectores de la población y por la pérdida de cobertura que sufrirán 14 millones de estadounidenses a partir de 2018, año de elecciones legislativas.
"No hay un plan B", afirmó el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer. "Hay un plan A y un plan A. Lo vamos a conseguir".
Este tono desafiante escondía una evidencia: la votación del jueves se anuncia muy reñida.
La minoría demócrata se opone totalmente, lo que obliga a los dirigentes republicanos a tratar de limitar las defecciones en el seno de su grupo a una veintena de un total de 237 representantes.