En su primer acto en San Juan, capital de Puerto Rico, Trump encabezó una reunión de coordinación con el gobernador de la isla, Ricardo Roselló, pero aprovechó para exaltar la labor de su jefe de manejo de emergencia, de la secretaria interina de Seguridad Nacional, de su asesor especial y del general a cargo de la asistencia.
“Han desquiciado nuestro presupuesto… Gastamos mucho dinero, pero está bien”, les dijo Trump en relación al costo de los trabajos de emergencia, que ha incluido el envío de miles de marines, personal de la Administración Federal de Manejo de Emergencias, ingenieros, alimentos, agua y plantas de luz.
Sin embargo, el presidente llegó a la isla en medio de críticas de demócratas y puertorriqueños por su decisión de atacar a la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, por las críticas de la funcionaria sobre el apoyo federal a la isla.
Trump cumple una apretada agenda que incluirá un encuentro inicial con puertorriqueños afectados por el huracán María, que dejó una estela de muerte a su paso por el Caribe en septiembre anterior. Después se reunirá con el gobernador de las Islas Vírgenes estadunidenses, Kenneth Mapp.
Por la tarde, tiene previsto participar en una sesión informativa con el gobernador de Puerto Rico, Ricardo Roselló, en el que participará la alcaldesa de San Juan, el gobernador Mapp y el equipo del Departamento de Defensa de Estados Unidos que encabeza las tareas de apoyo.
Antes de salir de Washington, Trump acreditó a su gobierno con un “buen trabajo” para responder a las necesidades humanitarias y de emergencia de los 3.5 millones de ciudadanos estadunidenses que residen en Puerto Rico.
Pero legisladores demócratas y prominentes artistas puertorriqueños han criticado lo que caracterizan como lenta respuesta del gobierno federal para atender a los damnificados en la isla.