electrónicos y mensajes de texto de una periodista del diario The New York Times que hizo el Departamento de Justicia estadunidense.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos confiscó a la periodista Ali Watkins sus registros como parte de una investigación sobre la filtración de información clasificada, en la que estaría involucrado un exmiembro del equipo de trabajo del Comité de Inteligencia del Senado, James A. Wolfe.
El exfuncionario está detenido por acusaciones de mentir a la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) sobre sus contactos con periodistas.
El presidente de la SIP, Gustavo Mohme, dijo que la acción de la dependencia “tiene efectos negativos para el ejercicio del periodismo y especialmente para la recopilación de información de interés público proveniente de fuentes anónimas".
Este tipo de acciones evidencian la necesidad de una Ley Escudo a nivel federal “para proteger las fuentes periodísticas en caso de filtraciones".
Por su parte, el presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la SIP, Roberto Rock, expresó que la indagación judicial viola “el derecho a la reserva de las fuentes confidenciales, fundamental para el ejercicio de una prensa libre".
The New York Times reveló que Watkins, quien mantuvo una relación romántica con Wolfe por varios años, recibió en febrero pasado una carta del Departamento de Justicia ,informándole que recopiló los reportes de 2014 a 2017 de dos cuentas personales de correos electrónicos y un número de teléfono.
Los datos de Watkins, quien también trabajó en BuzzFeed, Politico y McClatchy Company, fueron incautados por el Departamento de Justicia a través de Google y Verizon.
La SIP y otras organizaciones de prensa han denunciado el debilitamiento de la libertad de prensa en Estados Unidos, a raíz del antagonismo que el presidente Donald Trump mantiene con los medios de comunicación, pero este es el primer caso de incautación de comunicación periodística desde que asumió la Casa Blanca.