violencia, fue el diagnóstico del Reporte 2017 de Protección a la Constitución, que hoy se dio a conocer en Berlín.
El reporte anual fue presentado en rueda de prensa por el ministro del Interior, Horst Seehofer, y el presidente de la Oficina Federal de Protección a la Constitución, Hans Georg Maassen. El documento presenta la situación que guarda el extremismo político y religioso en Alemania, así como el espionaje y ciberataques.
Según el informe, en 2017 se registraron 39 mil 505 delitos por motivaciones políticas, 4.9 por ciento menos que en 2016. Pero debido a esta realidad desde el año pasado hay cada vez menos alojamientos colectivos para refugiados y estos centros son objeto de atentados de extremistas alemanes de derecha.
Los delitos por motivos políticos de extrema derecha descendieron en 2017 a 19 mil 467, después de que en 2016 sumaron 22 mil 471 delitos pertenecientes a ese rubro.
El reporte dejó de manifiesto que además de los extremistas de derecha, de izquierda y los islamistas, las filas de los autodenominados Ciudadanos del Reich y Autogestores se convierten cada vez más en una amenaza para la sociedad.
Los Ciudadanos del Reich perpetraron 911 delitos, 783 de ellos por móviles de extrema derecha y de estos, 130 fueron delitos con uso de la violencia.
Los Ciudadanos del Reich y los Autogestores no reconocen el estado de derecho, ni las leyes ni al gobierno de la República Federal de Alemania, portan armas y expiden ellos mismos sus identificaciones que los acreditan como miembros de esas agrupaciones. Su número va en aumento.
El extremismo de izquierda en Alemania en 2017 contabilizó seis mil 393 delitos, de los que mil 648 fueron actos de violencia, mientras que en 2016 fueron mil 201.
Las autoridades alemanas diferenciaron en el reporte la criminalidad por motivos políticos e ideología religiosa y la criminalidad política motivada por una ideología extranjera.
Internet se ha convertido para el extremismo de derecha en el principal instrumento de propaganda para eventos, campañas y actos.
Los contactos de los extremistas de derecha alemanes con contrapartes extranjeras se ha intensificado en el pasado reciente, en especial con Italia, Austria, Suiza, la República Eslovaca, la República Checa y Hungría. En esos países hay participación de la extrema derecha política en los gobiernos.
El potencial de terrorismo islámico es mayor entre los salafistas, cuyo número de individuos identificados pertenecientes a ese sector aumentó en 2017 de nueve mil 700 a 10 mil 800 miembros. Los salafistas profesan la versión más arcaica del Islamismo y tienen un elevado potencial de violencia.
Entre los extremistas islámicos en Alemania se cuentan además los "terroristas potenciales", que son individuos de quienes las autoridades policiales y judiciales alemanas consideran que estarían dispuestos a cometer un atentado terrorista por motivos políticos o religiosos.
Suelen ser individuos que actúan solos o con una pequeña célula de cómplices de la misma corriente. Las autoridades informaron que dentro de ese sector se encuentran los así llamados "relevantes".
Se ubican en el espectro político islámico y son individuos que tienen posibilidades de asumir un papel de liderazgo, o que tienen estrecha relación con los "terroristas potenciales" o están dispuestos a ser cómplices.
Hay otros salafistas, a quienes las autoridades llaman los "devotos". Las autoridades de Protección a la Constitución tienen identificadas 13 organizaciones salafistas en el país.
El potencial de islamistas en esta nación lo estimaron en 25 mil 810 personas. "Alemania está en el foco del terrorismo islámico", se subrayó en el reporte.
En el terreno del espionaje y otras actividades de ese tipo, el documento destacó que los motivos que lo impulsan son el liderazgo económico de Alemania con empresas innovadoras, así como su posición como actor internacional por su pertenencia a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y a la Unión Europea (UE).
Los países que realizan espionaje en Alemania son Rusia, China e Irán, así como "algunos occidentales". A ellos se agregan los servicios secretos de Turquía, así como el ciberespionaje que perpetraron principalmente Moscú y Beijing en territorio alemán.