Las autoridades locales comenzaron a enterrar a las víctimas, un aspecto importante aunque desagradable para una ciudad destruida por uno de los tifones más poderosos del mundo y un muro de agua similar a un tsunami que dejaron miles de muertos.
"Aún hay cadáveres en el camino", dijo Alfred Romualdez, el alcalde de la capital devastada de Leyte, Tacloban, una ciudad de 220.000 personas reducida a escombros en la provincia más afectada del país.
"Es atemorizante. Recibimos una petición de una comunidad para ir a recoger cuerpos, diciendo que son cinco o 10. Cuando llegamos allí son 40", describió.
Muchos propietarios de estaciones de servicio que no sufrieron daños se niegan a reabrirlas, dejando poco combustible para los camiones necesarios para trasladar los suministros y los equipos médicos a las zonas devastadas, casi una semana después del paso de la poderosa tormenta.
"La opción es utilizar el mismo camión ya sea para distribuir alimentos o recoger los cuerpos", agregó Romualdez.
El portaaviones estadounidense USS George Washington y otros buques arribaron a las costas de la golpeada provincia oriental de Samar, con 5.000 tripulantes y más de 80 aviones.
En la denominada "Operación Damayan", el portaaviones George Washington y dos buques crucero tomaron posiciones frente a la costa de la isla de Samar para evaluar el daño y prestar apoyo logístico y de emergencia.
Los buques transportaron a tierra 11 palés- ocho con 1.920 galones de agua y tres con alimentos- que fueron enviados al aeródromo de Tacloban.
Varios palés de agua fueron trasladados a Guiuan, que alberga a 45.000 personas y también resultó fuertemente afectado por la tormenta.
El portaaviones trasladó algunas aeronaves a tierra para hacer más espacio para los helicópteros en la cubierta de despegue.
"Una de los potenciales que trae el grupo son nuestros 21 helicópteros", dijo en un comunicado el comandante, el contralmirante Mark Montgomery. "Estos helicópteros son una buena manera de trasladar los suministros de emergencia", agregó.
Gran Bretaña dijo que también enviaría al porta helicópteros HMS Illustrious para colaborar en los esfuerzos de ayuda. Japón planea mandar hasta 1.000 soldados, así como buques de guerra y aeronaves, en lo que podría ser el mayor despliegue militar de la posguerra de Tokio.
A las afueras de Taclaban comenzó el entierro de unos 300 cadáveres en un masivo funeral. Una tumba más grande será excavada para otros 1.000, dijo a Reuters el administrador de Tacloban, Tecson John Lim.
El gobierno de la ciudad continúa diezmado, con sólo 70 trabajadores en comparación con los 2.500 usuales, agregó. Muchos murieron, resultaron heridos, perdieron familiares o simplemente están demasiado abrumados por el duelo para trabajar.
El Gobierno está distribuyendo diariamente 50.000 "paquetes de alimentos" que contienen 6 kilos de arroz y productos enlatados, pero esto cubre apenas un 3 por ciento de las 1,73 millones de familias afectadas por el tifón.
AQUINO EN PRIMER PLANO
Aquino ha defendido los preparativos de su Gobierno antes de la tormenta, cuando hizo repetidas advertencias, así como del ritmo actual de los esfuerzos de asistencia.
El presidente ha dicho que la cifra de muertos podría haber sido mayor si no hubiera sido por la evacuación de las personas y la preparación de suministros de ayuda, pero los sobrevivientes de las áreas más afectadas dijeron que recibieron pocas advertencias sobre un muro de agua similar a un tsunami.
Aquino también ha avivado el debate sobre la cantidad de víctimas fatales, citando una cifra de muertos muy por debajo de los 10.000 estimados por las autoridades locales. Las muertes oficiales confirmadas ascendían a 2.357 el jueves, una cifra que los trabajadores de ayuda esperan que aumente.
El administrador de Tacloban, Lim, quien estimó previamente que 10.000 personas habrían muerto sólo en esa ciudad, dijo que Aquino podría haber minimizado deliberadamente las víctimas fatales.
"Por supuesto que no quiere crear mucho pánico. Tal vez él está lidiando con el hecho de que desea reducir el pánico, para que la vida continúe", dijo.
La cifra preliminar de desaparecidos hasta el jueves, de acuerdo con la Cruz Roja, era de 22.000. La organización ha advertido que la cantidad podría incluir a personas que ya han sido localizadas.
Más de 544.600 personas han sido desplazadas por la tormenta y casi el 12 por ciento de la población del país fue afectada directamente, dijo la ONU. Pero muchas áreas todavía no han recibido ayuda.
La rabia y la frustración han ido creciendo debido a que los suministros esenciales no han sido entregados a muchos de los necesitados. Los alimentos y otros bienes han sido amontonados en el aeropuerto de Tacloban, por ejemplo.
Algunas zonas han caído en un estado cercano a la anarquía en medio de saqueos a tiendas y almacenes en busca de comida y agua.
(Reporte adicional de Rosemarie Francisco y Eric dela Cruz en Manila, Phil Stewart en Washington y Greg Torode en Hong Kong. Escrito por Jason Szep. Editado en español por Silene Ramírez)