Faluya había sido tomada el lunes por militantes vinculados a al Qaeda y combatientes tribales unidos en su oposición al primer ministro, Nuri al-Maliki, en un serio reto a la autoridad de su Gobierno liderado por chiítas en la provincia de Anbar.
Fuentes médicas en Faluya dijeron que otras 30 personas resultaron heridas por los bombardeos del Ejército.
En los últimos meses, el Estado Islámico de Irak y Levante (ISIL/ISIS) de al Qaeda ha reforzado su dominio en Anbar, una provincia de mayoría suní junto a la frontera con Siria, en un intento de crear un estado islámico entre los dos países.
En Ramadi, la otra gran ciudad en Anbar, líderes tribales y el Ejército han trabajado en conjunto de combatir a los militantes de al Qaeda que buscan tomar el control.
Pero en Faluya la tarea de ISIL se ha hecho más fácil por la cooperación de líderes tribales, que han unido sus fuerzas al grupo insurgente en contra del Gobierno.
En Anbar, que fue el corazón de la insurgencia iraquí luego de la invasión liderada por Estados Unidos en el 2003, la tensión ha aumentado desde que la policía iraquí desalojó el lunes un campamento de protesta de sunitas. Al menos trece personas perdieron la vida en esos enfrentamientos.
La creciente tensión muestra que la guerra civil en Siria, donde la mayoría de rebeldes sunitas están combatiendo al Gobierno del presidente Bashar al-Assad, que es respaldado por Irán, de mayoría chií, se está propagando a otros países como Irak amenazando un delicado equilibrio.
Funcionarios y testigos en Faluya dijeron que las partes este y norte de la ciudad estaban bajo el control de líderes tribales y militantes, luego que residentes huyeron de sus vecindarios para refugiarse de los ataques del Ejército.
Militantes han desplegado francotiradores sobre las vacías casas y edificios del Gobierno para evitar que el Ejército ingrese a la ciudad.