Héctor Tamayo e Isabel Arias pasaron dos horas con su hijo, a fin de que las otras dos horas autorizadas para esta última visita, sean aprovechadas por las dos hijas de Édgar, quienes eran unas niñas cuando su padre fue procesado y sentenciado a muerte por el homicidio de un policía en Houston el 31 de enero de 1994.
“Está bien”, comentó escuetamente el padre de Édgar, al salir de la visita acompañado de su esposa. Visiblemente compungido, Héctor Tamayo se disculpó de hacer declaraciones “no es el momento”, dijo.
Tamayo se despidió la víspera de varios de sus hermanos y sobrinos en una prolongada visita en la que se revivieron momentos familiares de la infancia y adolescencia de Édgar en la comunidad de Miacatlán, en el estado de Morelos, de donde es originario.
Al término de las visitas de sus padres e hijas este miércoles, Tamayo será trasladado a la Unidad Carcelaria Walls en la comunidad de Huntsville, donde se ubica la Cámara de la muerte.
El traslado de 65 kilómetros se realiza bajo fuertes medidas de seguridad y no se da aviso del mismo hasta una vez que el reo llega a la Penitenciaria Walls.
Tamayo recibirá lo que podría ser su última cena, en punto de las 14:00 horas.
Uno de los escasos privilegios que se les concede a los sentenciados a muerte en esta entidad, es el de escoger lo que desea comer antes de recibir la inyección letal siempre y cuando los alimentos estén disponibles en la cocina de la prisión.
El Departamento de Justicia Criminal de Texas no ha informado aún si Tamayo hizo alguna petición especial para una posible última cena, no a quienes ha designado a atestiguar su ejecución.
De no posponerse por la intervención en último momento de la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos o del gobernador de Texas, Rick Perry, Tamayo será ejecutado a las 18:00 horas de este miércoles mediante inyección letal por el homicidio del policía Guy P. Guddis el 31 de enero de 1994 en Houston.