Las víctimas huyeron de los terroristas cuando éstos abandonaron el lugar donde se escondían para atacar a militares del Ejército nigeriano en el área de Damboa.
Boko Haram secuestró a unas 90 personas -entre ellas más de 60 mujeres y niñas- entre el 19 y el 22 de junio pasados en Damboa, situada a unos 150 kilómetros de la capital de Borno, Maiduguri, mientras mantiene retenidas a más de 200 menores desde el pasado abril.
Un agente de seguridad de Maiduguri, que pidió no ser identificado, confirmó la fuga de las mujeres al rotativo nigeriano “Premium Times”.
“Las mujeres y niñas consiguieron escapar cuando los hombres armados estaban atacando Damboa. Dejaron a unos pocos cuidadores para vigilarlas y ellas aprovecharon para huir cuando éstos dormían”, relató el agente.
“No tenemos los detalles de su huida, pero creemos que Dios les dio la oportunidad en el momento que los insurgentes fueron a atacar Damboa, donde cerca de 12 soldados, cinco policías, más de 50 miembros de Boko Haram y número no especificado de civiles fueron asesinados ayer (sábado)”, declaró un portavoz de las patrullas vecinales, Abbas Gava.
Según Gava, cinco mujeres y dos niñas aún permanecen secuestradas.
El pasado 14 de abril, Boko Haram secuestró a más de 200 niñas de la escuela de Chibok, también en el estado de Borno, la mayoría de las cuales continúa en paradero desconocido.
Boko Haram, que significa en lenguas locales “la educación no islámica es pecado”, lucha por imponer un Estado islámico en Nigeria, país de mayoría musulmana en el norte y predominantemente cristiana en el sur.
El grupo terrorista ha asesinado a 12 mil personas y ha herido a otras ocho mil en los últimos cinco años, según las autoridades nigerianas.
Desde que la Policía acabó en 2009 con el entonces líder de Boko Haram, Mohamed Yusuf, los radicales mantienen una sangrienta campaña que se ha intensificado en los últimos meses.
Con unos 170 millones de habitantes integrados en más de 200 grupos tribales, Nigeria, el país más poblado de África, sufre múltiples tensiones por sus profundas diferencias políticas, religiosas y territoriales.