Cuando el movimiento de protesta llegaba a su séptima noche, multitudes inmensas se congregaban la noche del sábado en el barrio de Admiralty, cerca de la sede del poder de la ex colonia británica, para protestar contra los choques del viernes entre manifestantes y vecinos irritados a los que se sumaron militantes pro chinos y hombres de las triadas.
"¡Paz!" y "¡Antiviolencia!", coreaban los manifestantes. "Pueden ver que la gente está muy tranquila, a diferencia de otros países donde se queman cosas y se destruyen vehículos", dijo Chris Ng, manifestante de 36 años.
Delante de la isla de Hong, en Mong Kok, barrio comercial y muy densamente poblado, volvió a subir la tensión la mañana del domingo.
Unos manifestantes rodearon a policías, acusándolos de haber cooperado con miembros de las triadas, la mafia china, según periodistas de la AFP en el lugar. La policía replicó con gases pimienta.
"Acusaciones fabricadas"
"La policía utilizó gas pimienta y lacrimógenos contra estudiantes pacíficos, pero ¿dónde están el gas pimienta y los lacrimógenos para quienes son violentos con nosotros?", había dicho antes por altavoz un manifestante, Lau Tung-kok, muy aplaudido, en Admiralty.
La situación fue tensa a lo largo de todo el sábado en los tres lugares ocupados por los manifestantes, que reforzaron sus barricadas por miedo que se repitieran los choques de la víspera.
El balance fue de una decena de heridos y la policía anunció la detención de 19 personas, ocho de ellas sospechosas de tener vínculos con las "triadas", la mafia china.
Las autoridades hongkonesas desmintieron toda colusión con los grupos mafiosos que se dedican al narcotráfico, prostitución, juego y extorsión pero en Hong Kong invierten cada vez más en los sectores inmobiliario y financiero.
"Estas acusaciones son fabricadas y muy excesivas", dijo el secretario de Seguridad de Hong Kong, Lai Tung-Kwok.
Diputados pro democracia acusaron al poder de servirse de estos malhechores para desbaratar las manifestaciones.
Los líderes estudiantiles del movimiento, que había renunciado a negociar con el gobierno hongkonés, indicaron la mañana del domingo que podrían reanudar el diálogo pero con ciertas condiciones.
El ambiente festivo de los primeros días ha dado paso a la angustia entre los manifestantes, que reclaman la instauración del sufragio universal pleno y la dimisión del jefe del ejecutivo, Leung Chun-ying.
En un discurso televisado, Leung expresó su determinación para solucionar la situación antes del lunes, cuando la ciudad vuelva al trabajo. "El Gobierno y la policía tienen el derecho y la determinación de adoptar todas las medidas necesarias para restablecer el orden público con el fin de que el gobierno y los siete millones de habitantes de Honk Kong puedan reanudar una actividad y una vida normales", declaró.
Los manifestantes, que reclaman la instauración de un sufragio universal pleno y la dimisión del jefe del gobierno local, ocupan desde hace una semana varios puntos estratégicos en los barrios administrativos, financieros y comerciantes de Hong Kong. También bloquean carreteras y grande avenidas vitales de la ciudad.