“A medida que se acercan las elecciones intermedias de 2018, hay señales en todas partes de una democracia estadunidense en peligro”, escribió el experto John Nichols en un artículo publicado esta semana en la revista The Nation.
Nichols argumenta que la democracia se encuentra “en crisis” por los esfuerzos para evitar que comunidades latinas, afroamericanas y de indígenas nativos estadunidenses puedan ejercer su voto en al menos tres estados del país.
El número de votos cancelados por estas tácticas pueden marcar la diferencia entre el triunfo y la derrota en carreras reñidas de candidatos al Congreso y para ocupar el gobierno de estados.
“Los derechos de voto están bajo ataque en todo el país a medida que los estados aprueban leyes de supresión de votantes”, dijo la Unión para las Libertades Civiles de Estados Unidos (ACLU).
ACLU sostiene que por lo menos desde 2008, estados de todo el país han adoptado medidas para hacer más difícil que los estadunidenses, especialmente afroamericanos, ancianos, estudiantes y personas con discapacidades, ejerzan su derecho fundamental a emitir su voto.
Estas medidas incluyen recortes a la votación anticipada, leyes de identificación de votantes, purgas de las listas de votantes y barreras para el registro en las listas de votantes.
Según Ari Berman, uno de los más respetados estudiosos de la supresión del voto en Estados Unidos, desde las elecciones de 2010, 24 estados controlados por republicanos han implementado nuevas restricciones de votación.
“Los republicanos dicen que estas medidas son necesarias para combatir la amenaza de un fraude electoral generalizado, aunque un estudio tras otro muestran que tal fraude es extremadamente raro”, destacó Berman en un artículo publicado el fin de semana en la revista del diario The New York Times.